Tras un deslumbrante debut la temporada pasada en el primer equipo disputando hasta 18 encuentros, Manolo Bonaque ha contado demasiado poco para Sergi Barjuan en lo que llevamos de campeonato. Tan solo acumula diez minutos en ocho partidos y el jugador empieza a dar síntomas de tristeza. “Sabía que iba a ser complicado jugar este año con nuevos compañeros y nuevo entrenador “, comentó ayer el canterano en rueda de prensa. Además, Bonaque hizo autocrítica y aseguró que “me falta confianza conmigo mismo, creerme más que valgo. Puede ser eso. Luego es el míster el que decide quién juega y quién no”. A pesar de todo, el onubense sabe que “hay que seguir trabajando, no perder la ilusión y esperar mi momento. La temporada es muy larga”. Al menos, Bonaque participó en los últimos instantes del choque contra el Alcorcón del sábado pasado y confía en que “Sergi me dé más minutos”.
Crisis como visitante
Por otro lado, Ángel Montoro declaró que “estamos trabajando duro para cambiar la dinámica a domicilio”. Sin embargo, para ello el albiazul espera “adelantarnos en el marcador y tener esa pizca de suerte para hacer cosas importantes. No encajar goles pronto porque siempre vamos a remolque”. Respecto al próximo rival, el Girona, el centrocampista valenciano lo define como “un equipo que en casa es muy fuerte y no nos lo pondrá nada fácil”.
La enfermería recreativista se llena y en el entrenamiento de ayer no se ejercito el delantero polaco, Pawel Brozek, por una fuerte contusión en el cuádriceps. Los médicos evaluarán si está apto para viajar a Montilivi. Fernando Vega y Zamora siguen lesionados.