Viernes negro

Publicado: 21/11/2021
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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Las estadísticas afirman que desde 2005 el viernes negro es uno de los días con mayor movimiento comercial.
No hay repetición, al menos no intencionada, pero no niegue, sufrido lector, estar harto del reclamo, de la tortura machacona del titular de hoy traducido al inglés por cuestión publicitaria. Es cierto, no es la primera vez que esta columna soporta la pesadez del Black Friday y más aún con las compras venideras que no han esperado al día de autos. Por si se nos ha pasado, ya vemos bolsas colgando de los brazos, balanceándose al bajar los escalones de una tienda o apoyadas en el suelo de una cafetería con la ilusión navideña dentro, destinada a esperar en la oscuridad del altillo del armario, dentro de un seno de papel. El paso siguiente es mantener a raya la impaciencia, el cosquilleo agradable y sufriente de callar ante el deseo manifiesto del interesado, que lo deja caer con toda la intención.

El disimulo del receptor forma parte de un proceso de aprendizaje tan antiguo como el uso de razón, que todos los años renovamos y que hemos llegado a convertir en un arte. Lo sabemos porque una vez recibida la información, apenas si se nos nota el apriete de los labios conteniendo la sonrisa, la tos débil chocando en el puño de la mano para ahogar las palabras, que salen al rato con una frase hecha tan tópica como esperanzadora. Y todos los años igual, pero la ilusión hace que todo sea distinto, que todo se viva distinto.

Un clic en el lomo del ratón nos recuerda que bien fuera por la densidad del tráfico,o de la gente durante el día siguiente al de Acción de Gracias, o bien por los comercios que cambiaban sus números de rojos a negros por superávit, se trata, estimado lector, de otra adopción extrajera con empuje a la economía a expensas del cliente. Las estadísticas afirman que desde 2005 el viernes negro es uno de los días con mayor movimiento comercial. Sin embargo, los motores arrancanen la televisión, que comienza a pregonardescuentos increíbles con más de un mes de antelación, la previa más extensa, quizás, en la historia de la publicidad,deuna jornada que se alarga veinticuatro horas más. El comercio aprovecha la coyuntura adornándola con motivos navideños, anticipándose una semana al alumbrado general.

Pero lo realmente curioso es observar cómo la estrategia promocional, merchandising, ha logrado unir tres de las cuatro estaciones mediante la antelación, a saber, las rebajas de verano, los días de oro, black Friday, los descuentos navideños, las rebajas de enero y la quincena blanca, casi ocho meses eslabonados de tal forma que aún sin terminar el actual, del siguiente ya ha pasado la mitad.

Cuánta bulla para llegar al mismo sitio.

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