La granadina María Pérez es una de las favoritas a subirse a lo más alto del podio, sobre todo tras convertirse el pasado año en doble campeona del mundo en 20 y 35 km marcha. Ahora, en París, sueña con una medalla olímpica para seguir abanderando a una grandísima generación de marchadores en una disciplina que, pese a sus éxitos, es "también la más olvidada".
María Pérez (Orce, Granada; 1996) afronta los Juegos Olímpicos de París con un objetivo claro. Ganar una medalla. Y más tras el sabor agridulce con el que se quedó en Tokio hace tres años, donde fue cuarta, y tras superar una lesión debido a una pequeña fractura por estrés en el sacro que la tuvo varios meses parada entre finales del pasado año y el presente.
P: ¿Cómo llega a estos Juegos?
R: Por ahora sin dolores y con ganas. Esa es una buena respuesta después de todo lo que he pasado. Después de competir en A Coruña pillé tres virus y ha costado recuperarse.
P: ¿Cómo vislumbra esa carrera de 20 km en París?
R: Con ilusión y ganas de disfrutarlo para ver qué sale después del trabajo que hemos realizado estos meses.
P: ¿Ha sido muy duro este 2024?
R: Por suerte no llegué a operarme. Estuve cuatro meses lesionada, empecé más lenta que el resto, pero volví con motivación y ganas. De estar a un paso del quirófano y al final no pasar por él y poder estar en los Juegos Olímpicos creo que es positivo.
P: En Tokio fue cuarta, se quedó a un paso de las medallas a ocho centésimas del bronce. Han pasado de eso tres años. ¿En qué ha cambiado?
R: Sigo siendo la misma. Me gusta lo que hago pero me centro más en la salud. A la vuelta de Budapest (Mundial de 2023) lo pasé mal porque el dolor seguía y no me recuperaba. Hasta que no dieron con lo que tenía fue un poco duro.
P: La marcha siempre da muchas alegrías a la afición española. Ahora parece que Álvaro Martín y usted son un poco los abanderados de esta generación. ¿Siente presión?
R: No me produce nada. Estoy contenta de estar en los Juegos y al final somos personas que lo dejamos todo por nuestro deporte, como cualquier compañero. Todos nos dejamos la piel y podemos hacer grandes cosas. Creo que hay que seguir soñando y no perder nunca esas ganas de seguir soñando.
P: ¿Y con qué sueña en París?
R: Quiero conseguir el mejor resultado posible y tener una medalla olímpica, algo con lo que sueña cualquier deportista. Luego que pase lo que tenga que pasar. Yo trataré de seguir trabajando otros cuatro años más para llegar a los siguientes Juegos.
P: ¿Le obsesiona ganar una medalla en París o no lo piensa?
R: No quiero pensarlo aunque lo pienso. Me gustaría tener una medalla y compartirla con mi familia y amigos en París, una ciudad europea, cerca de casa.
P: ¿Va a estar acompañada en París?
R: Van a ir mis padres, mis amigos, que ya estuvieron en Budapest, y seguramente más gente que no me ha dicho nada y me sorprendan. También toda la afición española, que son importantes en esto.
P: ¿Qué tiene la marcha española para que pasen los años y siga en todo lo alto?
R: Tiene una cosa principal que es muy importante. Aquí hay grandísimos entrenadores a los cuáles a veces no se les valora como se les tiene que valorar. La marcha es la disciplina que desde que está en el programa olímpico, en Mundiales y Europeos, es la que más medallas le ha dado al atletismo español. Y la más olvidada también porque solo se acuerdan de nosotros cuando son los grandes eventos.
Yo reivindico los grandísimos entrenadores de marcha que tenemos, que a veces lo hacen de manera gratuita, por gusto y porque son unos apasionados. Hay que apuntarlo y tenerlo en cuenta, que no son como otros deportes que cobran millonadas o tienen salarios muy buenos.
P: ¿Ha llegado a temer que la marcha pudiera desaparecer de los Juegos?
R: Sí, como cualquier deportista, pero no solo por nosotros, que hemos vivido unos Juegos. Pienso en los jóvenes deportistas porque quiero que las nuevas generaciones puedan seguir viviendo estas experiencias y puedan tener sueños. Los que estamos ahora tenemos que trabajar por ello, por esos niños que tienen esa ilusión y esas ganas.
P: Estos son los primeros Juegos sin Chuso García Bragado desde 1992. ¿Qué cree que ha aportado a la marcha española?
R: Ha dado un ejemplo de longevidad en una disciplina importante. También hay que recordar a María Vasco, primera mujer española medallista en marcha, y a Daniel Plaza, Valentí Massana y a todos los que han formado parte de este grupo de marchadores durante todos estos años. No solo Chuso ha conseguido grandes cosas.
P: ¿Cómo han sido esos momentos de soledad en los momentos malos como los vividos con las lesiones?
R: Son momentos malos para uno solo, que vive uno por dentro y hay que venirse hacía arriba poco a poco. Son momentos en los que une aprende, quizá más que con las medallas. No hay que quedarse solo con los grandes éxitos. Es un aprendizaje que me ha hecho mejor deportista y mejor persona y creo que es una lección de vida.
P: ¿Le ha decepcionado alguna persona en los momentos malos?
R: Sí. Cuando los resultados van, el barco va lleno. Cuando no van, va vacío. Esto es así. No solo en el deporte, sino en la sociedad en general. Son momentos que sirven para conocer a la gente en general y ver de qué pie cojea cada uno.
P: Una de las novedades de estos Juegos es el maratón por relevos. ¿Cómo se entrena?
R: Al final tenemos que entrenar todos por igual. Cada uno hace su plan y el día del relevo se compite. No hay ningún entrenamiento en común.
P: ¿Va a participar en ese relevo?
R: No lo sé. Nadie lo sabe hasta el día 2 de agosto.
P: ¿Cómo ve este formato de competición?
R: No es el que más me guste. Hubiese preferido una carrera de 35 km entre hombres y mujeres, que se sumasen los tiempos de los primeros de cada país y saliera el ganador. No digo que no me guste, pero prefiero otras distancias, también para incluir a deportistas de distancias más largas que se han tenido que reinventar.
P: Otra vez ha habido polémica por las marcas mínimas de clasificación para los Juegos con los criterios de la federación. ¿Qué opinión tiene?
R: Creo que hay que ir todos a una, no echarse mierda unos compañeros a otros. Es verdad que hay que hacer las cosas bien hechas desde todos los puntos de vista. Hacer las mínimas son difíciles y si nos lo ponen más difícil desde las instituciones es peor. No todos tienen las mismas posibilidades de ir a la Liga Diamante o a otras grandes pruebas. Me parece bien que haya mínimas pero habría que ser objetivos con todas las disciplinas. Es difícil porque al final nunca vamos a estar todos de acuerdo pero creo que habría que escuchar a los deportistas.