La Unión Europea y Estados Unidos han logrado un acuerdo para poner fin a casi dos décadas de disputa por los respectivos subsidios a Airbus y Boeing, una tensión comercial que había derivado en una batalla arancelaria por la que exportaciones claves de cada bloque quedaron gravadas con miles de millones de euros.
Bruselas y Washington ya acordaron el pasado marzo suspender durante cuatro meses los aranceles en vigor para dar espacio a la negociación y ahora han decidido prorrogar esta tregua durante otros cinco años, un tiempo que "debería ser suficiente para construir la confianza" necesaria para superar las diferencias de fondo, según ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Comercio, Valdis Dombrovkis.
"Mientras peleábamos otros aprovecharon la oportunidad para relanzar sus industrias sin que nos diéramos cuenta de ello", ha añadido la responsable de Comercio en el Gobierno estadounidense, Katherine Tai, en una rueda de prensa en Bruselas junto a Dombrovkis.
Por eso, entre las claves del pacto anunciado este martes figura cooperar para hacer frente común contra las prácticas desleales de otras industrias fuertemente subvencionadas, como la china, y para asegurar una competencia en igualdad de condiciones en el sector de la aviación civil.
Además, se comprometen a no financiar el I+D o conceder otros apoyos a sus propias industrias (Airbus y Boeing) si pueden dañar al otro lado y a garantizar procesos "abiertos y transparentes" en la concesión de ayudas al sector. Las ayudas a los grandes fabricantes de la aeronáutica deberán producirse en condiciones de mercado, según los términos del acuerdo.
Ambos han cerrado el acuerdo coincidiendo con la celebración de la primera cumbre en años entre la UE y Estados Unidos, que ha reunido durante dos horas en la capital europea al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y con el presidente del Consejo europeo, Charles Michel.
"La reunión de hoy arranca con un gran avance en aeronáutica. Se abre un nuevo capítulo en nuestras relaciones porque pasamos de pelear a cooperar en materia de aeronaves, tras 17 años de disputa", ha celebrado Von der Leyen en una declaración distribuida por su equipo.
También Biden ha aplaudido el acuerdo no solo porque considera que garantiza una competencia "en igualdad de condiciones" para europeos y estadounidenses, sino porque será el marco para "contrarrestar" las prácticas desleales de China que dan una "desventaja injusta" a sus empresas en el sector aeronáutico.
El primero en gravar las exportaciones del otro fue Estados Unidos, cuando el entonces presidente Donald Trump anunció aranceles por valor de 7.500 millones de dólares (unos 6.100 millones de euros) con el aval de la OMC, una medida que afectó especialmente a Francia, Alemania y España. La UE respondió el año pasado imponiendo tarifas a productos estadounidenses por valor de 4.000 millones de dólares (cerca de 3.300 millones de euros).
La suspensión de estos gravámenes debería dar tiempo suficiente para lograr una solución a largo plazo, si bien Washington ha dejado claro a través de su representante de Comercio que respetará la tregua "mientras el apoyo de la UE a Airbus sea coherente con los términos del acuerdo", pero que dará marcha atrás si considera que se altera de nuevo la competencia.