Familias cuyos hijos están afectados por situaciones sanitarias complejas están dudando si llevarles a clase a partir del próximo septiembre, ya que consideran que "no se darán las medidas de seguridad suficientes" y siguen "sin enfermería escolar en los colegios".
Así lo ha manifestado a Efe Ana Ibáñez, miembro de la Asociación Catalana de Enfermería y Salud Escolar (ACISE), una entidad que agrupa a familias con hijos con enfermedades crónicas y complejas como diabetes, espina bífida, epilepsia refractaria, obstrucción laríngea o cardiopatías congénitas, entre otras.
Ana Ibáñez ha denunciado que para la Conselleria de Educación los alumnos enfermos "son invisibles y no existen" ya que "no se les trata como colectivo de riesgo, cuando lo son, y no se les aplican las medidas que necesitan, ni en condiciones normales ni teniendo que convivir con la COVID-19".
Como madre de una niña con diabetes tipo 3 que acaba de cursar P-4, Ana Ibáñez ha apuntado como "una solución para los alumnos enfermos la escolarización domiciliaria", algo que "no se resuelve de manera automática, por lo que entre solicitarla y una eventual aprobación pueden llegar a pasar varios meses".
En cualquier caso, la actual situación sanitaria es "tan compleja" que la escolarización de los hermanos de los niños enfermos "puede ser también un factor de riesgo ante el contagio" ha añadido Ibáñez.
La enfermería escolar es "muy necesaria en cualquier circunstancia" y en el próximo curso "será imprescindible", ha afirmado la portavoz de ACISE, que ha criticado que Educación "mire hacia otro lado ante esta urgencia".
En la actualidad, los profesores, "que no son especialistas médicos, se encargan de controlar a los alumnos con enfermedades crónicas, de suministrarles insulina o hacer otras intervenciones como intubaciones en casos de obstrucción de la vía aérea por estenosis subglótica", ha explicado Ana Ibáñez.
"Como es completamente comprensible", esta situación "genera angustia y sufrimiento a los profesores y a las familias" porque "implica que los docentes están asumiendo responsabilidades que no les corresponden, con los riesgos correspondientes", según Ibáñez.
En la práctica, lo que está ocurriendo es que las propias madres "acaban pendientes de llamadas de teléfono del colegio para atender a sus hijos, por lo que dejan de trabajar y en algunos casos se quedan ya en la escuela".
Las familias y el sindicato de enfermería SATSE, entre otros, han deplorado que el Govern no incluya a un profesional sanitario en los centros docentes de cara al próximo curso escolar.
"La necesidad clama al cielo y si ahora, en un contexto de emergencia sanitaria, la administración no apuesta por introducir la figura de la enfermera escolar, es que no tiene interés real en hacerlo", ha denunciado.
Con motivo de las condiciones particulares de apertura de los centros educativos en septiembre, el conseller de Educación, Josep Bargalló, se ha referido en varias ocasiones a la atención médica en las escuelas, limitándola a la coordinación con el personal sanitario del Centro de Asistencia Primaria (CAP) de referencia.
El conseller también se ha referido al programa 'Salut i Escola', que en 2004 impulsaron los departamentos de Educación y Salud y que se aplica en Secundaria.
El objetivo del programa es mejorar la salud de los adolescentes a través de la prevención, detección precoz de problemas de salud y posterior atención, así como favorecer la accesibilidad de los adolescentes a los programas de salud y los servicios sanitarios.
Para ello, personal sanitario visita con una periodicidad quincenal o mensual los centros educativos, donde ofrece charlas y consultas abiertas a los adolescentes.
Para la etapa de Primaria, la atención sanitaria en las escuelas se limita al programa de vacunaciones y a la promoción de hábitos de alimentación saludables con el reparto de fruta, previa solicitud por parte de los colegios.
Ana Ibáñez ha recordado que durante el curso 2018-19, las Consellerias de Educación y Salud avanzaron en el diseño de un acuerdo marco para protocolarizar y sistematizar la detección y atención de enfermedades a partir del traspaso de información.
Sin embargo, el acuerdo, "que era un paso importante hacia la educación inclusiva, está parado", ha denunciado la portavoz de las familias.
Según el acuerdo marco, en el momento de la preinscripción las familias autorizarían el traspaso de datos del alumno al equipo pediátrico de asistencia primaria para elaborar un plan individualizado con las necesidades sanitarias del niño.
La enfermera del CAP de referencia del colegio y una comisión interdisciplinar trasladaría las necesidades sanitarias del alumno a los Equipos de Asesoramiento y Orientación Psicopedagógica (EAP), que tramitarían la demanda.
El acuerdo marco, que debía de haber empezado a funcionar este pasado curso y está paralizado, sería el paso previo a la introducción de la enfermería escolar como un miembro más de la comunidad educativa, que además de asistencias sanitarias podría llevar a cabo tareas de educación y prevención de la salud.