La novia del presunto descuartizador de Majadahonda (Madrid) ha declarado hoy que el acusado "se negaba a medicarse" de la esquizofrenia paranoide que sufre "porque él estaba convencido de que estaba fenomenal", aunque en realidad estaba "entre dos mundos".
La Audiencia Provincial de Madrid ha continuado hoy el juicio con jurado contra Bruno H.V, para quien la Fiscalía solicita 30 años de internamiento en un centro psiquiátrico por haber presuntamente matado a su tía en 2010 y a su inquilina en 2015. Sus cadáveres, que aún no han aparecido, se cree que fueron triturados en una picadora industrial.
En la vista ha comparecido como testigo la novia de Bruno, a quien ha definido como una persona "muy humana" pero "destrozado" por su enfermedad, que negó a tratarse a pesar de la insistencia de la mujer porque ella entendía que "necesitaba la medicación".
"Hablaba consigo mismo, veía cosas en la televisión que no existían y no paraba de hablar con su amo ER, parecía que no estaba en el mismo mundo en el que estaba yo", ha relatado al jurado la novia del acusado.
En este sentido, Bruno negó los crímenes en la vista de ayer y manifestó que está obsesionado con las letras E y R y que pertenece a una hermandad secreta llamada "ER", de la que forman parte entre otros Esperanza Aguirre, Silvio Berlusconi, David Cameron o Teresa May.
La novia también ha explicado que se veía a menudo con el acusado, aunque en la semana de los hechos coincidieron "poco", y que por los mensajes que la mujer recibía de Bruno, ella "sabía que estaba pasando algo grave con su salud".
También ha comparecido como testigo un hombre que supuestamente vio de madrugada, cerca de la casa de Majadahonda propiedad de la tía del acusado, a un individuo "con varias bolsas de basura grandes que repartía en diferentes contenedores, bastante lejos" los unos de los otros.
Y ha asegurado que, cuando supo que había una investigación en marcha, puso este hecho en conocimiento de la Guardia Civil y describió al hombre como "moreno, pequeño y tampoco muy delgado".
Además, una amiga de la inquilina ha explicado que la relación entre ésta y el casero era "tensa, aunque por cosas cotidianas" y ha agregado que después de la desaparición de la mujer recibió mensajes del móvil de la fallecida diciendo que había conocido a un hombre, aunque ha reconocido que "esa no era su forma de hablar".
Por último, algunos empleados de la hamburguesería donde trabajaba la inquilina del piso de Majadahonda han confirmado que descubrieron en el local una carta en la que supuestamente la fallecida renunciaba al trabajo "por motivos personales".
El juicio se reanuda mañana con la declaración de más testigos.