Francisco Granados, detenido como presunto cabecilla de la trama de corrupción descubierta a raíz de la operación Púnica, inauguró cuando era consejero de Presidencia, Justicia e Interior la cárcel de Estremera en la que ahora está preso en régimen de preventivo.
El centro penitenciario Madrid VII, la última cárcel creado en la región, fue inaugurada el 15 de julio de 2008 por el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y por Francisco Granados.
La prisión de Estremera tiene una superficie de 365.730 metros cuadrados y contiene 12 módulos residenciales y 4 polivalentes, con 1.008 celdas en total. Además cuenta con un módulo de régimen cerrado con 70 celdas, un módulo de ingresos, salidas y tránsitos con 72 celdas y un módulo de enfermería con 64 camas.
Alberga un edificio de comunicaciones, con 41 locutorios, 22 salas para visitas de familiares y otras 22 para 'bis a bis' íntimo. Una zona deportivo-cultural, talleres productivos y formativos y un edifico de enfermería son otros de los recursos con los que cuenta la edificación.