La sala de CajaGranada de Puerta Real ya acoge más de medio centenar de cuadros de Ramón Gaya, en una exposición que llega por primera vez a Andalucía
La sala de CajaGranada de Puerta Real ya acoge más de medio centenar de cuadros de Ramón Gaya, en una exposición que llega por primera vez a Andalucía y que abarca todas las épocas del artista murciano, desde las primeras litografías y óleos de los años 20 hasta sus últimos trabajos.
La muestra "Pintura, Verso y Prosa" ha sido presentada en Granada por el director del Museo Ramón Gaya de Murcia, Manuel Fernández-Delgado, y por Marisa Oropesa, comisaria de la exposición, que repasa además las diferentes técnicas empleadas por el artista: óleo, gouache-papel o tinta sobre papel.
Los promotores de esta colección han destacado que los cuadros de Gaya se caracterizan por su acendrado intimismo, con la búsqueda del alma como uno de sus motivos recurrentes, a través una personal relectura de grandes maestros clásicos como Tiziano, Murillo, Rembrandt o Velázquez.
El artista español, obligado al exilio tras la Guerra Civil, da así rienda suelta a su querencia por un cromatismo suave y suelto que le sirve para bucear en la esencia de los maestros.
Ejemplos de esta forma de entender el arte son obras de 1951, como "II Homenaje a Tiziano" o "El Felipe Próspero de Viena", homenaje a Velázquez, uno de los múltiples que hace al pintor sevillano.
La exposición recoge además una galería fotográfica con imágenes del artista y permite leer los fragmentos literarios que acompañan a las obras expuestas, tanto en prosa como en verso.
Ramón Gaya, pintor y poeta, nació en el Huerto del Conde, Murcia, el 10 de octubre de 1910, y comenzó a los diez años su carrera artística en el estudio de Pedro Florez y Luis Garay.
Tuvo temprano contacto con representantes de la Generación del 27, lo que le llevó a compartir trabajo con Lorca, Alberti o Cernuda, y colaborar en revistas que aunaban lo literario con lo artístico, a través de la ilustración.
En esos años veinte comienza a exponer y a viajar a ciudades europeas de vanguardia, pero su carrera y su vida se verían trágicamente alteradas por el estallido de la Guerra Civil española, que le obligó a exiliarse primero en Francia y después en México.
En los años cincuenta volvió a Europa, vivió en Suiza e Italia hasta que por fin en los años 70 pudo regresar a España, donde residió en Barcelona, Valencia y Madrid hasta su muerte en 2005.