El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha justificado hoy todas las medidas tomadas por su Gobierno en la pasada legislatura, aunque le dieran "hasta en la ceja", porque sirvieron para evitar que España tuviera que ser rescatada y, al mismo tiempo, se mantuvo la cohesión social.
Zapatero ha explicado ante el plenario del 38 congreso federal del PSOE la política económica que tuvo que llevar a cabo y ha señalado que fue consecuencia en buena parte de factores provenientes del exterior, que condicionaron toda la actuación de su Ejecutivo.
Aunque la crisis financiera procedente de Wall Street y la situación de Grecia tuvieron gran parte de culpa sobre lo que ha tenido que vivir España, ha reconocido también la existencia de debilidades propias de la economía española.
"Debilidades sí, pero no hubiéramos vivido la dificilísima situación económica y de empleo que tenemos si no hubiéramos tenido los acontecimientos globales y europeos que vivimos", ha añadido.
Según ha señalado, su gabinete trabajó dando respuesta en cada momento a las circunstancias que se iban produciendo, volcando todos sus esfuerzos en que España no fuera rescatada y en mantener al máximo tiempo la cohesión social.
En una intervención en la que se le agolpaban "los recuerdos y las emociones", Zapatero ha reconocido errores propios e incluso ha admitido su tardanza en reconocer la magnitud de la crisis.
Su gobierno trabajó para superar la crisis en un escenario muy complicado, con una oposición "sin concesiones", una minoría parlamentaria y una Europa "lenta" que no fue capaz de resolver a la primera y de una vez la crisis griega.
Ahora bien, su diagnóstico es que las medidas de ajuste que se tomaron en mayo de 2010 eran necesarias, porque de no haber actuado así "muy probablemente" se hubiera producido una situación de colapso económico y financiero.
Después de confesar que en aquel momento fue consciente de que aquellas medidas tendrían un "intenso impacto ciudadano, social y, a la postre, electoral", ha recordado que cuando asumió el liderazgo del partido en el año 2000 se comprometió a anteponer los intereses del país por encima de cualquier otro, incluido su partido.
Pero los ciudadanos no respaldaron en noviembre pasado la capacidad del PSOE para combatir la crisis "y decidieron que a lo mejor el PP podría afrontar ese combate". "Votaron cambiando el gobierno para intentar cambiar la realidad. Y eso es como funciona la democracia", ha constatado.
Frente a la oposición que realizó el Partido Popular en la pasada legislatura, ha pedido a sus compañeros socialistas que demuestren su capacidad de cooperación, porque el objetivo no es derrotar al PP, sino a la crisis.
De la crisis ha extraído Zapatero varias lecciones, entre ellas que la globalización ha traído como consecuencia que los países emergentes están recuperando terreno mientras que los más desarrollados, sobre todo los que no fueron capaces de hacer las reformas necesarias a mitad de los noventa, estén perdiendo enteros.
Una situación que, a su juicio, "no tiene vuelta atrás al menos en décadas", lo que obliga a las economías más desarrolladas a hacer "un gigantesco esfuerzo" en competitividad, productividad o innovación si no quieren quedarse descolgados.
También ha sacado Zapatero una lección europea, en el sentido de que la UE debe apostar por una mayor unidad y más rapidez en la toma de decisiones "urgentes y comprometidas".
En el plano doméstico, la lección que tienen que aprender todos es que los nuevos tiempos del crecimiento y del bienestar a los que aspira la sociedad española no vendrán de la mano de las políticas que se han ejecutado en los últimos 25 años y que hay que incentivar la capacidad productiva, la industria, la tecnología y la innovación.
Y, más allá del plano económico, ha puesto de relieve que la dura crisis ha influido también en el panorama político e institucional del país, muy deteriorado.
"España necesita recuperar los ideales colectivos que se han ido deteriorando a la vez que éramos capaces de discutir por casi todo", se ha lamentado. "Hemos llegado a discutir hasta por don Quijote de la Mancha", ha ilustrado, antes de apostar por la defensa del legado cultural español, de su fuerza creativa y de su capacidad innovadora.
"También en esto hemos tenido discusiones insólitas: por defender la cultura a mí me han dado hasta en la ceja", ha bromeado, lo que ha levantado el primer aplauso de los asistentes.
Y un último recordatorio a los asistentes: en el 35 congreso federal ya habló de la limitación de mandatos, por lo que si se hubieran recordado sus palabras no hubiera causado tanta extrañeza su decisión de no optar a la reelección de la Presidencia del Gobierno y de la secretaría general del partido.
Zapatero pide unidad al PSOE, un líder claro y que no se pierdan los afectos
El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha emplazado a sus compañeros a cerrar filas con la persona que le sustituya en el cargo para que haya un liderazgo claro y un partido fuerte y unido, y ha reclamado que, pase lo que pase, no se pierdan los afectos y las lealtades.
Un emocionado Zapatero, que al finalizar su discurso ha recibido una larga y calurosa ovación, se ha despedido así de sus responsabilidades al frente del PSOE después de once años y medio, antes de que se discuta su informe de gestión en el 38 congreso federal que tiene que elegir mañana a su sustituto entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón.
Zapatero se ha "atrevido" a pedir una última cosa a sus compañeros y es que "todos democráticamente estén detrás de quien tenga el liderazgo", porque un partido con 130 años de historia lo merece y España "lo necesita".
Y es que, según su reflexión, el país necesita un PSOE "unido y fuerte, con un liderazgo claro, que trabaje, que arrime el hombro, que sea alternativa cuanto antes al proyecto del PP".
En un discurso de más de una hora de duración, el expresidente del Gobierno ha querido citar sólo a uno de sus compañeros, a José Bono, con quien disputó el liderazgo del PSOE en el año 2000 y con quien, a raíz de esa contienda, fraguó "una lealtad, un afecto y una amistad" que todavía hoy perdura.
"Sé que sois capaces de hacerlo, y de hacerlo como se hacen las cosas en esta casa. Como mañana vamos a hacer las cosas, libremente, democráticamente", ha apostillado.
Esta petición llegaba aunque no se ha referido en ningún momento ni a Rubalcaba ni Chacón, y ni siquiera ha querido mencionar el proceso sucesorio. "En este congreso hay algo mucho más importante que este informe de gestión y que el debate, no voy a decir el qué, pero sí me atrevo a decir una cosa", ha bromeado al respecto.
Dudaba en pedir algo más a sus compañeros, porque en estos años les ha pedido mucho y, además, ha sido el secretario general más respaldado de la historia del partido, pero finalmente se ha "atrevido" a hacerlo.
Su demanda es la siguiente: "Que a quien mañana salga elegido secretario general le den al menos el mismo apoyo que a mí me han dado. Yo lo tuve muy amplio y generoso desde primer minuto y eso fue decisivo para las victorias de 2004 y 2008".
Y ha añadido que está seguro de que así lo harán: "lo hemos hecho muchas veces. Sé que sois capaces de hacerlo, y de hacerlo como se hacen las cosas en esta casa".
A modo de ejemplo, ha citado el 35 congreso federal, en el que venció a Bono por nueve votos. "No digo que no fuera importante ganar, claro que lo fue, pero para mí ha sido tanto o más importante que a partir de esa contienda se fraguara una lealtad, un afecto y una amistad de la que me honro con José Bono".
Una relación que, a su entender, simboliza políticamente lo que significa el PSOE, un partido que sabe que "lo más importante es que al día siguiente todos estén detrás de quien tenga el liderazgo".
Ha querido además ilustrar sus palabras con otro ejemplo, el de una escalada, en la que el que va primero en la cordada, el líder, es el que llega primero a la cima, pero también es el primero al que le llega un alud si lo hay.
Él, por su parte, ha garantizado que siempre estará con su partido y con sus compañeros, "para ayudar en lo que modestamente pueda", y que siempre conservará los afectos de manera sincera y profunda.
También ha defendido la libertad y la democracia interna del PSOE y la plena y absoluta libertad con la que mañana votarán los delegados asistentes al cónclave.
"Cada delegado sabe y sabrá lo que tiene que hacer", ha constatado.