La carrera fue lenta, lo que les viene bien a muchos y a otros molesta, porque quieren ver correr al Cascamorras. Pero a veces, la mayoría es la propia gente la que impide que el Cascamorras pueda ir más o menos rápido. No obstante como se esperaba, Antonio Vera, fue un buen Cascamorras, ya lo había demostrado anteriormente las veces que represento el papel de Juan Pedernal, en su intento de llevarse la imagen de la Virgen de la Piedad a Guadix.
Al final de todo, duchado y con el nuevo traje, mucho más fresco, confeccionado por las cascamorreras bastetanas, Rita y Mati Magdaleno, Antonio Vera fue recibido en la iglesia de la Merced con un fuerte aplauso. Lo mismo que durante la carrera, en la que estuvo acompañado de otros Cascamorras, como Jesús Samaniego y Alejandro Baena.
Las estimaciones oficiales son que entorno a unas 15.000 personas, entre corredores y público, salieron ayer tarde a la calle para vivir una nueva edición de la Fiesta de Interés Turístico Nacional de Cascamorras, que, en esta ocasión, tampoco ha conseguido llegar limpio al templo de la Merced de Baza.
La de este año fue una carrera ordenada y sin incidentes, aunque Cruz Roja si que tuvo que realizar algunas intervenciones, pequeñas heridas o lipotimias del publico y algún corredor. Desde el primer instante en Las Arrodeas y a lo largo de todo el itinerario se oyeron continuas arengas y vivas a la Virgen de la Piedad y a Cascamorras.
Fueron varios miles de personas, entre 4.000 y 5.000, las que se encontró el sucesor de Juan Pedernal a lo largo de los casi 4 kilómetros del recorrido, con la intención de pintarle, primero en Las Arrodeas y una vez iniciada la carrera en las calles bastetanas. Para ello el Ayuntamiento dispuso de 2.000 litros de pintura ecológica, libre de sustancias nocivas para las personas y el medio ambiente. A los corredores se les sumaron al menos una de cena de miles de personas, que desde balcones, plazas, aceras y ventanas siguieron y animaron a la comitiva.
Durante y después del recorrido se vivieron momentos muy emotivos, en los Caños Dorados nada más salir del agua, Antonio Vera fue abrazado por una joven que se echo a llorar de la emoción. También fue emotivo y quizás algo inconsciente, cuando el Cascamorras cogió a un niño de tan solo 9 meses, hijo de un padre orgulloso de que Antonio Vera aceptara realizar tal gesto. Ya en el interior del templo, una joven que suele vivir intensamente la fiesta del Cascamorras, también se abrazo muy emocionada a Antonio Vera con quien mantuvo una intensa y breve conversación. Otro detalle muy emotivo que paso desapercibido para la inmensa mayoría, fue el pequeño ramo de flores que alguien puso justo en el borde la Las Arrodeas, quizás en homenaje y recuerdo de alguna persona amante de la fiesta, que posiblemente ya no está.
Tras Cascamorras, una cuadrilla de mantenimiento y limpieza se afanaban por dejar limpias las calles y plazas y, así, que éstas lucieran su mejor cara para el comienzo de la Feria y Fiestas de Baza que se prolongarán hasta el próximo 15 de septiembre. No obstante otras veces el servicio de limpieza y la colaboración de los bomberos, fue mucho más rápido en la limpieza de la parte baja del recorrido. El retraso quizás de debió a la recogida del serrín que este año esparció el ayuntamiento para evitar resbalones y que la pintura fuese absorbida por el pavimento. El “invento” cumplió su misión, pero también provocaba mucho polvo de madera en el ambiente, según que tramos. Hoy el Cascamorras recorrerá las calles y barrios de Baza, recaudando dinero para la Hermandad de la Virgen de la Piedad.
Por último reseñar que dentro de muy pocos años, el Cascamorras será un gran botellón, si es que no lo es ya. Entre las barras que se instalan a lo largo del recorrido, las bebidas que suben a Las Arrodeas, el año que viene no sería raro que alguien montara algún chiringuito en la explanada de las Arrodeas.