En la querella presentada ante el Juzgado de Guardia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la representación jurídica del profesor imputa tanto a los tres agentes que conformaban el dispositivo policial el día de los hechos como a aquellos agentes que practicaron en su detención sendos delitos de denuncia falsa, detención ilegal, contra la integridad moral, "pues quiebran la voluntad del sujeto de participar en una protesta laboral en su centro de trabajo, a la vez que le provocan un sentimiento de humillación y lesionan su dignidad", y contra los derechos de los trabajadores, así como dos faltas de lesiones y de injurias.
El profesor relata en la querella que los hechos tuvieron lugar el 24 de mayo de 2011 en torno a las 12,00 horas, fecha en la que se había convocado una concentración en la lonja del Rectorado "a fin de destacar reivindicaciones laborales concernientes al colectivo de profesores sustitutos interinos que prestan servicios en la Universidad". Según su testimonio, él llegó a las 11,55 horas en bicicleta y se concentró junto al resto de participantes en la protesta, momento en el que pudo observar cómo un agente se dirigía a los vigilantes de seguridad.
Posteriormente, añade, esta agente se dirigió a una de las personas concentradas preguntando "qué es eso y quién es el responsable", y, acto seguido, la misma agente "requirió la identificación de uno de los concentrados", momento en el que querellante, "extrañado por tal comportamiento, preguntó sobre el motivo de tal actuación y acerca de la autorización para acceder al recinto universitario", a lo que la policía "respondió que está haciendo su trabajo y que sí tiene autorización". Tras ello, el profesor decidió usar su cámara de grabación para realizar dos vídeos de la concentración.
ACTUACIÓN DE LOS AGENTES
En ese momento, según relata, "se dirigió a él un policía" y le instó a dejar de grabar y a darla la propia cámara "en un tono agresivo y amenazante", por lo que el profesor decidió marcharse hacia el interior del edificio, pero el policía le persiguió "y lo agarró con fuerza, conduciéndolo hacia la puerta del registro, todavía dentro del edificio", momento en el que llegó otro agente, que le requirió la identificación "mientras el otro le tenía agarrado por los brazos". Agrega que, en ese momento, "les dijo que la identificación la tenía en la cartera, y sin mediar más palabra comienzan los dos a empujarlo hacia fuera agarrándolo muy fuerte de los brazos y llevándolo de espalda".
Tras ello, "lo tiraron al suelo en el patio y lo arrastraron hasta sacarlo del recinto universitario", y, una vez en la calle, "lo aprietan contra un coche de policía y uno de los agentes lo amenaza diciendo 'eres un payaso, un gilipollas y un graciosillo". Así, fue conducido en el furgón hacia comisaría y le tomaron declaración, tras lo que fue puesto en libertad en torno a las 15,45 horas.
En declaraciones a los periodistas tras interponer la querella criminal, Benavides ha defendido que se trataba de una concentración "pacífica" y "en ningún momento mostramos ninguna actitud violenta ni provocadora", al contrario que los agentes policiales, tras lo que ha llamado la atención sobre la necesidad de "mantener el principio de autonomía de la universidad, que es un sitio donde se deben debatir y confrontar las ideas siempre de manera pacífica".
APOYO JURÍDICO DE LA US
Tras destacar que pedirá la colaboración de los servicios jurídicos de la Hispalense "para que presenten las acciones judiciales que estimen oportunas", el profesor, que ha decidido que "cualquier derecho económico que pudiera derivarse de los efectos de la querella serán reinvertidos en la promoción de los derechos humanos", ha apostado por "esclarecer por qué entraron dentro del recinto universitario y quien dio la autorización, si es que la tenían" y ha valorado el apoyo prestado por el rector, Joaquín Luque, al que "le he dado las gracias personalmente".
"Hay vídeos que revelan mi actitud pacífica y que en ningún momento cometí ninguna falta o delito", ha añadido Benavides, señalando que, durante la detención, "estuve tranquilo pensando que todo era un error", aunque posteriormente "me sentí abrumado por el impacto mediático" del asunto. Ha concluido diciendo que este mismo miércoles ya se reincorporó a su puesto de trabajo como profesor, "y ya estoy trabajando normal, que es lo que sé hacer, investigar, escribir artículos y dar clases".
Por último, y cuestionado por lo asegurado por la Unión Federal de la Policía (UFP) en cuanto a que el docente y el resto de personas concentradas realizaron "comentarios machistas" sobre la mujer que dirigía el operativo, el profesor ha puesto de manifiesto que "si algo defiendo es la igualdad entre hombres y mujeres, está lejos de mi acción cotidiana hacer comentarios machistas".