Madrid ha sido durante una semana el barómetro de lo que será el desarrollo en los próximos meses del turismo, que, pese a resistir mejor que otros, ha sido sacudido con virulencia por la crisis económica.
Primero, la Organización Mundial del Turismo (OMT) dio sus cifras en rueda de prensa en la capital de España, anunciando que se había producido un descenso de más de un 4% en el turismo mundial; más tarde, Exceltur, con el V Foro de Liderazgo Turístico, abordó la situación; y por último Fitur abrió sus puertas.
En estos tres eventos todos los especialistas del sector han puesto de manifiesto que hay un “moderado optimismo” y que se está en el camino de la recuperación, al tiempo que 2010 será algo mejor que 2009.
La feria que ayer cerró sus puertas ha servido para que los representantes de 170 países y más de 11.500 empresas intercambien esperanzas e ilusiones y, tal y como señaló el secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, que hubiese “caras menos serias”.
“Veo a la gente mucho más ilusionada que el año pasado y un deseo de dejar atrás el pesimismo”, dijo Mesquida, que añadió que como una sensación subjetiva “he apreciado que hay más ruido”.
En cuanto a la feria en sí, este año superó con creces las expectativas que había creado, mejorando la edición XXIX que sorprendió a todos por su “pobreza”.