La inseguridad se instala en el conservatorio Rafael Taboada

Publicado: 10/10/2018
Los padres piden que se controle y regule el acceso y salida de los alumnos, así como que se coloque telefonillo en la puerta trasera
La inseguridad de los casi 400 alumnos que toman sus clases de música en el edificio de San Agustín, sede del conservatorio elemental de música Rafael Taboada, es una asignatura pendiente de las distintas administraciones competentes, en este caso, Ayuntamiento y Junta de Andalucía, según entienden los padres afectados. Las circunstancias que concurren en el centro, y contra las que luchan estos padres preocupados, son que el edificio cuenta con dos puertas, que están abiertas las cinco horas que los alumnos pueden permanecer en el mismo, por lo que no hay control de quien entra y quien sale, accediendo al edificio cualquier persona de fuera, así como aquellos que también utilizan las instalaciones, pues se trata de un centro de usos múltiples y no exclusivo para el Taboada, y los aseos del exterior.

Esto preocupa a los padres, pues sus hijos están “vendidos” a cualquier circunstancia. Además, las barandillas de la escalera de acceso al primer piso no tienen más de 70 centímetros de altura, por lo que es un peligro. Por otro lado, hasta el curso anterior, los alumnos tenían que acudir a los servicios de la planta baja, en la zona exterior, y aunque este año los reservados para los profesores se abren a todo el mundo, hay que pedir llave a la conserje, algo que no siempre es factible, por lo que los alumnos, la mayor parte de 8 a 10 años, y hasta 14, pueden campar a sus anchas por todas las instalaciones. Si los alumnos no cuentan con vigilancia, también pueden salir del edificio, con el consiguiente peligro que conlleva, puesto que están expuestos al tráfico de la calle Misericordia, o Jesús de los Milagros, y otros peligros.

Por otro lado, los padres consideran que habría que regular la forma en que los padres dejan y recogen a sus hijos, puesto que en esta zona se producen atascos de tráfico, retenciones y cierto descontrol. Por eso, desde hace algo más de un año, algunos padres emprendieron el camino del diálogo con la dirección del centro, para que ésta solicitara al Ayuntamiento y la Junta las medidas de seguridad necesarias para los alumnos, que indican, no están recogidas ni en el plan de centros ni en el plan de autoprotección.

Pero dado que el apoyo y ayuda que han solicitado no ha obtenido una respuesta positiva, hay padres que este curso no han matriculado a sus hijos, y otros a pesar de haberlos matriculado, no han permitido que acudan a clase, porque se sienten responsables, así como entienden que no se dan las medidas de seguridad que garanticen que puedan estar “tranquilos” mientras sus hijos están en clase de música.

Además, están dispuestos a dar un paso adelante más, elevando el asunto a la Fiscalía, para que tome cartas en el asunto, así como al Defensor del Pueblo, para que garantice la seguridad de los menores mientras están cursando sus estudios en el centro. Por otro lado, Ayuntamiento y Junta ya conocen las circunstancias que preocupan a estos padres, al igual que el subdelegado del Gobierno y la Delegación Territorial de Educación, con las que se han puesto en contacto para poner en conocimiento la situación actual, sin que ninguna administración ponga remedio a esta situación.

Opciones

Así, una opción propuesta por el Ayuntamiento y el centro, y que aún no ha llegado, es el cierre de la puerta trasera, para gestionarla con un telefonillo, pero además, entienden que debe haber profesores de apoyo y conserjes suficientes para controlar, de forma individual, el acceso y salida de los alumnos. Propuesta que no ha llegado, y mientras “no hay medidas cautelares de seguridad”. Y entre horas, ya que no siempre los alumnos tienen sus clases seguidas, también solicitan que el cuadrante de guardias de los profesores garantice que sus hijos permanezcan en el centro y cuenten con vigilancia y espacios donde estar, al igual que ocurre en el colegio, en horario matinal, y que estos conozcan los itinerarios de los alumnos. Y es que, los menores no pueden acceder a la sala de estudios (orden del curso escolar anterior), ni siquiera acompañados de un adulto, como ocurre en otras como la del centro cívico, por lo que no pueden estudiar entre horas u ocupar sus horas libres. Y hay padres que no pueden acompañar a sus hijos durante todas las horas que permanezcan en el centro, por lo que exigen una propuesta alternativa a este asunto.

No entienden por qué para la dirección del conservatorio parece que estas medidas son “tan complicadas”, e incluso descabelladas, cuando en el colegio e instituto es algo común y habitual, porque hay que “garantizar la integridad física y moral de los alumnos, y su derecho a la imagen”, explican. Asimismo, se han presentado quejas al consejo local de seguridad, para que se ponga remedio a la ausencia de medidas de seguridad en lo que al tráfico se refiere, pero sin obtener una respuesta positiva. Es más, en el mes de mayo pusieron encima de la mesa una preocupación, y es la celebración y organización de la Motorada, que ocupa parte del centro histórico, en el que se encuentra ubicado el centro, y al que acuden sus hijos, sin que se pusieran en marcha medidas de seguridad. En definitiva, los padres consideran que “se trata de medidas organizativas desde la dirección del centro, y no de dinero”, por ello entienden que con voluntad de las administraciones se podría llegar a poner en marcha un plan contemplando las soluciones a los miedos y preocupaciones que tienen. 

Proponen el traslado de la sala de estudios

Para eliminar inseguridad en el centro, los padres proponen que la sala de estudios de San Agustín se traslade a otro lugar, o que se habiliten otros espacios. Además, destacan que la biblioteca municipal se encuentra cerca, por lo que los alumnos se pueden trasladar.

Un paso de peatones que desaparece

El paso de peatones, que se encuentra bastante bien ubicado y con pintura suficiente, desaparece con tanto vehículo que se concentra en la puerta del conservatorio, ya que hay padres que lo invaden para esperar a sus hijos, sin dejar pasar con seguridad. 

El Taboada ocupa dos aulas más del edificio

 El conservatorio ocupa tres alas de la primera planta del edificio de San Luis, excepto la que está dedicada a la EOE (Equipo de Orientación Educativa), a lo que este curso suma dos aulas en la planta baja. Usan los servicios de arriba y los exteriores. 

Diez años del traslado desde la Casa de la Cultura

Diez años se cumplen desde que el conservatorio elemental de música Rafael Taboada desde su anterior ubicación, en la Casa de la Cultura, al edificio de San Luis, gracias a la cesión del inmueble del Ayuntamiento a la Junta de Andalucía. 

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