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El Puerto

Crespo triunfó el día de su alternativa

Daniel Crespo por la Puerta Grande el día de su alternativa, mala tarde de Morante y esfuerzo de Manzanares

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Primera de la Temporada 2018 en El Puerto de Santa María. Con algo más de media plaza se han lidiado 5 toros de Núñez del Cuvillo, de correcta presentación y ayunos de raza, y un sobrero de Hnos. Sampedro que se lidió en cuarto lugar, para Morante de la Puebla (nazareno y oro con los pechos bordados): palmas y bronca; José Mª Manzanares (Sangre de toro y azabache): ovación y ovación; y la alternativa de Daniel Crespo (Blanco y oro “de la aguja”): oreja y oreja. Se guardó un minuto de silencio, antes de que las cuadrillas arrancaran  el paseíllo, en memoria del Doctor Julio Mendoza, quien fuese cirujano jefe de esta plaza.

Datos para la historia: sábado cuatro de agosto del 2018, Daniel Crespo se ha convertido en el decimosegundo matador de toros nacido bajo el Manto  de Nuestra Señora de los Milagros. La alternativa la tomó con el toro “Utrito”, nº 160 de pelo colorado y con un peso de 510 kg. La cuadrilla que acompañó al toricantano en esta tarde fue: picadores: Francisco Javier Elena “El Patilla” y Juan Melgar; banderilleros: Sergio Aguilar, Raúl Mateos y Antonio Andrade “Carambito”; mozo de espadas: Juan Antonio Talaverón  y ayuda de mozo de espadas Luis Ángel Iñigo. Le brindó el toro a su madre con estas palabras: “A la mujer más importante de mi vida y un ejemplo a seguir”. Su segundo toro fue “Campesino”, nº113 negro bragado de 510 kg.

Daniel Crespo:


Recibió a su primer oponente con cadenciosas verónicas  ganando terreno a un toro que no tenía largo recorrido. Tras el paso por el caballo le recetó un vistoso quite por chicuelinas. Frente al burladero de matadores (Tendido 3), Morante de la Puebla le invistió con la borla de matador de toros. La faena del portuense fue bella y estética, no notándose en ningún momento el peso de una tarde tan importante para él. Lo toreó por ambos pitones destacando el temple y cadencia en sus muñecas. Cortó una oreja tras estocada baja. Sin duda alguna si la tizona hubiese estado mejor colocada el premio hubiese sido mayor.

Al sexto de la tarde le recetó dos largas cambiadas en el tercio. Con la pañosa le realizó una faena de tesón y ganas ante un toro que echaba la cara arriba a la salida de los muletazos. El torero demostró que está “sobrado” para colocarse en un lugar privilegiado en el escalafón de matadores. Tras una estocada le cortó una oreja. Ojalá los “monopolios taurinos”, le dejen sitio para respirar y pasear el nombre de El Puerto por todo el Planeta Taurino. Qué mejor homenaje para Víctor Manuel Coronado hubiese sido que un paisano suyo la tarde más importante de su vida taurina hubiese pasado por delante del azulejo que el Consistorio Portuense le ha negado.

Morante de la Puebla:

¿Cuándo encontrará El Puerto el paño apropiado para que al frotar la Lámpara Maravillosa del “Genio de la Puebla” le conceda el don del triunfo en la Plaza Real?. Otro año más el matador sevillano se ha llevado en su esportón el sueño y las ilusiones de un público hambriento de arte, que como si del famoso chef televisivo “Chicote” se tratase,  le ha abroncado tras la insípida cena que hoy le ha ofrecido. Eso sí, los aperitivos capoteros ante su primer toro auguraban que la cocina hoy estaba limpia y el producto no sería congelado, pero tras estos “piquislabis” lo servido a continuación no agradó del todo a los comensales que quedaron a la espera del segundo plato.

En este sí que surgieron los problemas en cocina, Morante no quiso condimentar con sus selectas especias un plato “berrendo” que se le pasó en el horno del caballo, llegando quemado a la muleta. En fin los “morantistas” tendremos que apartar mesa para la temporada que viene y esperar que la materia prima agrade a este cocinero con varias “Estrellas Michelin” en sus alamares.

Manzanares:

El alicantino no ha tenido suerte hoy en una de sus plazas predilectas. Su primer toro no le permitió el lucimiento capotero. La faena de muleta fue un quiero y no puedo ante un burel sin clase y con querencias a tablas, con el que el diestro tuvo que tirar de oficio para dejársela en la cara y evitar la condición de “carpintero” que apuntaba. Cuando el animal se vio sometido se apagó. Media estocada fue suficiente para acabar con la vida del descastado ejemplar.

El quinto de la tarde también fue un manso rajado. Manzanares intentó ligarle los muletazos pero el toro salía desentendido de los mismos. No obstante, dada la “bobalicona” embestida, logró algún pase suelto pero sin poder culminar una serie completa con la franela. En esta ocasión los aceros no estuvieron certeros.

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