El equipo de Gobierno de El Puerto ya no esconde sus diferencias de manera abierta y pública. Solo la disimulan. Si el pasado viernes era Izquierda Unida el que abría a sus bases mantener o no el acuerdo de Gobierno tras la suspensión de las asambleas de votación de los Presupuestos Participativos 2018, ayer por la tarde se enfriaba al exigir convocar nueva fecha para su celebración.
La plana mayor de IU no quiso perderse debatir el futuro de éste en Peral. Pasado y futuro. Pepa Conde, Pura Fernández, Ángeles Mancha, Rafael Gómez Ojeda o Julio Acale se dieron cita, como también Fernando Macías, el coordinador provincial.
El sistema asambleario, el mismo que ha turbado su devenir con los Presupuestos, alargó la reunión cerca de tres horas y decretó un “ultimátum. Ellos (PSOE) que han creado el problema que nos ofrezcan soluciones”. Antonio Fernández vuelve a incidir que es una situación “grave”. El líder izquierdista habla de “10 días para que las propuestas sean informadas”, reconociendo la “queja” trasladada. “Entiendo que al alcalde le debiera preocupar” esta situación.
Las voces de ruptura que se acrecentaban ante el silencio del PSOE, después de su reunión mantenida el domingo para valorar el escenario institucional creado, éste incitaba a unas cábalas de dudosa realización y concreción y alimentado por los diversos entornos inmersos en la pugna; Gobierno y oposición.
Lo cierto es que octubre se cierra con un amago de separación, de crisis, con un equipo de Gobierno municipal sumido en la presión constante interna y externa, las diferencias ideológicas y la erosión de la gestión. Y de las críticas.
La vuelta a la realidad deja abierto a medio camino un pulso que deberá concretarse con el pasar del tiempo y ante los posicionamientos que deparen las formaciones por el panorama electoral que se vaya adaptando de cara a 2019.