Nos están dando coba con las vacunas anticova y con los nombrecitos que les han puesto. Siempre detrás de un nombre se esconde una intención. Por eso los locos hemos analizado la cosa.
En primer lugar salió una vacuna americana llamada Pfizer, pero no vaya usted a leer la palabra tal como la ve. Quitando la efe, las demás letras están de adorno. Fíjese: la “P-” inicial se la comen con papas fritas, la “i” por lo visto es “ai”, la zeta suena como si fuera una ese, la “e” tiene un sonido parecido a la “a” y la “r” ha ido por tabaco. ¿Qué les parece? ¿No es más fácil el idioma gaditano? Algo ocultan estos yanquis con ese nombre tan raro; estas criaturas lo mismo asaltan su propio Capitolio, que sacan esta vacuna de nombre tan complicado. No me fío.
Después hay otra, la “Moderna”, que se llamará así porque quiere parecer de actualidad, aunque hubiera sido más lógico haberla llamado contemporánea. Todos los locos sabemos de memoria las partes de la Historia que nos enseñaron en el colegio; nos decían que las edades eran: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea, punto final. Por tanto, no es de fiar tampoco esta vacuna, porque Moderna suena a algo ya pasado y anticuado.
Luego, está por ahí la rusa, la Spunitk V. Dicen los rusos que ellos se han adelantado otra vez a los americanos, igual que cuando en 1957 lanzaron al espacio el primer satélite artificial al que le pusieron Spunitk, que significa satélite en cristiano. Por eso le han puesto Spunitk a la vacuna, en honor a aquel invento. Por cierto, nos poníamos (ya no nos ponemos) los niños en la Plaza del Rey a mirar fijamente al cielo a ver si podíamos localizar esa estrellita brillante que se movía para sorpresa de todos. Lo de la V no quiere decir 5 con premio, sino que es porque Vacuna (Vaccine en inglés) comienza por V. Total, que nos quieren meter otra vez en la guerra fría de entonces y la vacuna está hecha con el ánimo de ganarle terreno a los yanquis. Pero los locos no queremos ser hijos de Putin, sino de nuestra madre natural.
Después han sacado otra vacuna llamada Oxford/AstraZéneca. Según hemos leído se trata de dos grupos que se fusionaron: Astra AB y Zeneca Group y así nació ese nombre tan raro y tan largo. Lo de Oxford es porque los ingleses, si no intervienen, revientan. Lo de Astra viene del griego y significa estrella; será porque podemos verlas al ponernos la vacuna. Y dicen que Zéneca es un nombre inventado por una agencia que buscó una palabra que empezara por una de las últimas letras del abecedario, que además tuviera un acento llamativo, que no contara con más de 3 sílabas y que no cabreara a nadie. Pero a los locos nos suena más bien a Séneca, un cordobés del siglo I d. C. que, viendo que Nerón iba a por él, prefirió suicidarse metiéndose en un baño caliente, donde el vapor terminó asfixiándolo con el pedazo de asma que tenía. Comprenderá usted nuestro poco entusiasmo por dicha vacuna. También está la vacuna china Sinovac, pero si no va, no la queremos. Total, los locos nos preguntamos qué es lo que nos quieren meter en el cuerpo. Y por si faltara poco, España sacará próximamente una vacuna, aunque será para cuando el tranvía acabe las pruebas, es decir, mañana por la mañana.
Los locos esperamos lo que haga falta, pero, por favor, que no nos vacunen en la Plaza de toros. ¿No habrá por ahí un sitio menos ofensivo?
