“Comprendo que es de maravilla tener la jaca enjaezá, pero yo tengo una barquilla con una gracia en la quilla, que “paqué” te voy a contar. Por eso Cádiz tiene un sello de noble, fino y señorial, y aquí se puso el Non Plus Ultra, que traducido resulta, después de Cádiz ni hablar”. Hay un loco aquí que está fatal y es un forofo incondicional del famoso comparsista Paco Alba y de su pasodoble “Hay quien dice que Cádiz no tiene fiestas”. Todos los días recorre los pasillos con ese pasodoble en la boca, y cualquiera le dice que en Cádiz no hay fiestas. Tan fatiga es de Paco Alba, que, si se entera por casualidad de que viene a La Isla un grupo desde Jerez a cantar, es muy capaz de tirarse por la ventana después de pegarle fuego al manicomio. Hasta le entran tiriteras si lo pones a pensar en Jerez o si le mientas lo bonito que es un caballo. No sé qué tiene el hombre contra Jerez, pero el otro día uno le dijo “maestro” y se revolvió como gato que vuelca la olla buscando carne donde arañar.
Sin embargo mi vecino ya se ha enterado del tema, y ese es más peligroso que un político sin graduado escolar. Asegura en el patio que no puede tragar nada de Jerez y que eso de la Frontera tenía que ser de verdad como lo fue el muro de Berlín. Muchas veces se le va la olla y dice a los cuatro vientos que Jerez es más de mi arma que de picha, más de la Giralda que de la Catedral amarilla y más del vino que del pescaíto frito, como si en Cádiz no se bebiera.
Y es que por lo visto viene a La Isla una zambomba, fiesta llamada así en Jerez, aunque en Cádiz se dice zambombá, palabra que procede de zambombada, por aquello de que no se iba a salvar esta palabra de la quema, como les pasa a pestiñá, ostioná, aliñás… La terminación de la palabra en bomba ya da una ligera idea de cómo ha caído el tema en el patio. La gente no para de preguntarse ¿viene de Jerez? Pues sí, de Jerez de la Frontera por más señas. ¿Es que aquí en La Isla no hay? Pues por lo visto no, no hay. Parece que acude ese grupo de gente jerezana llamado “Así canta Jerez en Navidad” a cantar villancicos este próximo día 23 del presente en el auditorio del Parque Almirante Lauhlé. También comentan algunos por ahí que lo que viene es nada más y nada menos la esencia más pura de la tradición flamenca. Mi vecino afirma que de eso nada, que la más pura esencia del flamenco está en La Isla con su Camarón, su Chato y sus flamencos de toda la vida de Dios. Incluso dice que un villancico lo canta cualquiera y que no hace falta una zambomba para cantar por derecho. Incluso asegura que la zambomba marea y que es un instrumento erótico manual que a nada conduce. Y que le abre la cabeza de un silletazo a quien diga que La Isla es peor que Jerez.
A ver si sale de una vez de aquí un grupo puntero que se pueda llamar también “Así canta La Isla en Navidad”. Yo estoy por sacar un grupo aquí en el manicomio que se llamaría “Así cantan los locos en Navidad”. Pero sé que con esta cuadrilla no vamos a ninguna plaza.
En todo caso, no me imagino un grupo de La Isla cantando en Jerez.
