El coro de Longobardo y Ariza firma una decepcionante actuación
La última agrupación de la noche fue el coro resultante de la unión entre Salvador Longobardo y Alejandro Ariza. En un teatro semivacío, los coristas llegaron a las tablas con un tipo de genios para comenzar a interpretar una presentación que estuvo, por desgracia, desafinada y ausente de tono.
En el primer tango, de presentación, contaron que estaban dormidos y que, gracias a un gaditano que frotó la lámpara, se formó el coro para cantar un año más en el Falla. El segundo fue dedicado a la clase política y a la Constitución.
Cuplés para una tragedia aérea en la que sobrevive su suegra y para un hombre que sale del armario y trabaja en Telecinco.