Ya eso estaba inventado

Publicado: 27/10/2023
Autor

José Manuel Infante Gómez

Columnista mitad barbateño mitad madrileño. Redactor en web deportiva trescuatrotres.com

Días de barrunto

En palabras de su autor: "Intento decir lo que pienso pensando siempre lo que digo"

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En la actualidad, la televisión se ve a la carta, pudiendo elegir la película o serie que nos dé la gana a cualquier hora
Cada vez hay más adeptos a las aventuras que se viven en Marvel, un mundo lleno de personajes con vestimentas estrafalarias (algunas ridículas) que salvan al planeta de cualquier amenaza. Incluso ponen de moda algunas palabras, como la de Multiverso, que se refiere al conjunto de realidades o dimensiones alternativas que existen.

Pero ya hace tiempo que, hablando de televisión, se conocían varias dimensiones. A finales de la década de los 70 y principios de los 80, en las casas convivían universos paralelos.  Uno de ellos se disfrutaba en familia, sobre todo a partir de las nueve de la noche, cuando todos los componentes del hogar se sentaban frente a la caja tonta. El menú era obligatorio y variaba, siendo diferente el de los días entre semana al que se ofrecía a partir del viernes. De lunes a jueves, predominaban las series, ya fueran españolas (Cañas y barro, la Barraca, Fortunata y Jacinta...) o extranjeras (Dallas, Dinastía, Raíces...). También se podía disfrutar del maravilloso teatro de Estudio 1. Así pues, la noche transcurría entre las desdichas de Kunta Kinte y las maldades de J.R. o Falconetti, entre otros.

Los viernes nos gustaban a todos, ya que el Un, Dos, Tres aseguraba dos o tres horas de entretenimiento. El sábado se reservaba para programas de variedades o festivales de música, con la O.T.I. y Eurovisión como favoritos. Para cerrar la semana, el domingo entraban en escena los grandes detectives como Colombo o Kojak.

Luego estaba mi universo particular, donde los héroes vestían un simple taparrabos (Tarzán u Orzowei). Este mundo estaba lleno de música. Entre semana, la sintonía de Verano Azul se silbaba todas las tardes junto a los grandes éxitos de aquellos entrañables hombres que dignificaron la profesión de payaso, a los que acompañábamos cantando las aventuras de la gallina Caponata o Don Pepito.

El sábado mandaba Aplauso, con todas las canciones de actualidad, pero siempre después de escuchar Abuelito dime tú, En un puerto italiano o los Mosqueperros. Todas ellas formaban nuestra maravillosa e inolvidable Play List.  Y qué decir de los habitantes de este mundo. Un canario al que era imposible atrapar, un coyote que siempre fracasaba ante el correcaminos o dos “marditos roedores” que volvían loco a un gato.

La pantera rosa, el inspector Gadget, lo habitantes de ese fabuloso Barrio Sésamo, Petete, Heidi, Marco, Mazinger Z o D’Artacán se convirtieron en nuestros favoritos y, todavía, en muchas mentes, siguen ostentando esa condición de privilegio.

Años más tarde, una inigualable familia de color amarillo también formaría su propio universo desde el pueblo de Springfield.

En la actualidad, la televisión se ve a la carta, pudiendo elegir la película o serie que nos dé la gana a cualquier hora. Pero nunca podremos olvidar aquel menú tan divertido.

Que Marvel ha inventado el Multiverso. JA.

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