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Jueves 09/05/2024  

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Lydia Valentín, medallista en directo y en diferido

En el horizonte ya atisba la siguiente cita olímpica, en Tokio 2020, que será la cuarta y que ya ha anticipado que podría ser la última de una prolífica carrera

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  • Lidia Valentín -

El año 2016 estará marcado siempre en la memoria de la levantadora leonesa Lydia Valentín, de 32 años, ya que por fin cumplió su sueño de subir a un podio olímpico al colgarse el bronce en Río (Brasil), un éxito que vino aderezado por dos metales más, a falta de confirmación oficial, logrados 'en diferido'.

La plata en Pekín 2008 y el oro en Londres 2012 estarán pronto en su poder después de escalar peldaños poco apoco ante la descalificación por dopaje de las rivales que le precedieron en la clasificación de ambas citas olímpicas.

Este hecho singular ha demostrado la injusticia de recibir tales distinciones pasados los años y después de haber perdido las ventajas, principalmente económicas, de las que hubiera disfrutado para haber podido preparar de manera más tranquila y minuciosa los Juegos de Río de Janeiro.

Por eso, el consuelo de la deportista de Camponaraya, orgullo de la comarca de El Bierzo, tan solo puede ser el de seguir demostrando la limpieza de sus registros frente a rivales que, una y otra vez, han ensuciado sus respectivos palmarés, en algunos casos hasta de manera reincidente.

Esta circunstancia, con la que ha tenido que convivir y aceptar Lydia Valentín, es el principal argumento para que el Ayuntamiento de Camponaraya, su localidad natal, y la Federación Española de Halterofilia, le hayan propuesto recientemente para los Premios Princesa de Asturias del Deporte 2017.

El reconocimiento que ahora se le otorga en su tierra, con el Premio Castilla y León del Deporte, valora el perfil y la trayectoria de lucha constante con la que ha tenido que convivir a lo largo de su carrera.

Al margen de los continuos casos de dopaje entre sus competidoras, su palmarés es más que brillante con dos Europeos consecutivos en 2014 y 2015, año éste en que sumó un bronce en el Mundial.

En 2016 no compitió ni en el Europeo ni en el Mundial debido a una lesión que a punto estuvo de impedir su presencia en los Juegos de Río (Brasil), donde por fin subió al podio.

En el horizonte ya atisba la siguiente cita olímpica, en Tokio 2020, que será la cuarta y que ya ha anticipado que podría ser la última de una prolífica carrera que ha colocado este deporte, sobre todo en la categoría femenina, en el primer escalafón de popularidad en un país con escasa tradición.

La semilla dejada a través del Centro existente en Camponaraya ha dado sus frutos en la comarca de El Bierzo y una joven María Emma Crespo empieza a dar las primeras alegrías para intentar un día acercarse a todo lo conseguido por Lydia Valentín que, sin embargo, sigue derrochando ambición y no se cansa de seguir cosechando metales, aunque alguno le llegue con cierto retraso.

El último lo ha cosechado esta misma tarde en Split (Croacia), donde además de conocer la concesión del Premio Castilla y León del Deporte, ha logrado el Campeonato de Europa de Halterofilia, en la categoría de 75 kilos, dentro de la modalidad de dos tiempos y en el total olímpico.

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