El centrocampista Raúl García, traspasado al Athletic, se despidió hoy del Atlético de Madrid, su club los últimos ocho años, entre lágrimas, arropado por muchos de sus compañeros y de los empleados, y con la "sensación de ser muy feliz", ya que el reconocimiento de la gente "es lo más grande" por encima de los siete títulos que conquistó con el equipo rojiblanco.
Aplaudido cuando entró en una abarrotada sala Vip del estadio Vicente Calderón y aplaudido de nuevo, después, cuando la emoción y las lágrimas le impidieron hablar en un momento de la comparecencia de prensa, Raúl García puso fin a siete temporadas en el Atlético, interrumpidas por una campaña de cesión a Osasuna en 2011-12.
Con 329 partidos oficiales y 49 goles, pero sobre todo con el cariño de su gente, de sus compañeros, de Koke Resurrección, que también lloró en la despedida; Gabi Fernández, Fernando Torres, Juanfran Torres, Miguel Ángel Moyá, Tiago Mendes, Jesús Gámez y Filipe Luis, la representación de la primera plantilla del Atlético.
También le acompañaron fisioterapeutas y utilleros que comparten el día a día con la plantilla del club rojiblanco; Juan Vizcaíno, tercer técnico del equipo; el delegado Pedro Pablo Matesanz; directivos; exfutbolistas míticos del club, como el brasileño Luis Pereira, miembros del Senado rojiblanco.
A su derecha, los siete títulos que ganó con el Atlético (una Liga, una Copa del Rey, dos Ligas Europa y tres Supercopas, una de España y dos continentales). "Quería agradecer a toda la gente que hizo posible en su día que yo pudiera venir aquí durante estos años y agradecer la oportunidad que me da un nuevo club", explicó.
Las lágrimas detuvieron entonces sus palabras. Bebió agua. "Es imposible", se decía mientras intentaba calmar la emoción. "Me voy con la sensación de ser muy feliz (en el Atlético). Afortunadamente he conseguido lo que yo quería, que la gente me conociera personalmente", añadió el jugador, acompañado de su hija y su mujer.
El aspecto personal sobresalió en todas las declaraciones de Raúl García, cuya salida ha provocado una ola de elogios hacia él de todos los sectores del club, compañeros, aficionados, directivos...
"La sorpresa ha sido grande. Siempre he pensado que hay que hacer las cosas bien y me han enseñado unos valores de que cuando tu trabajas de la manera más noble, normalmente vienen los resultados".
"Pero también es difícil que la gente reconozca ciertas cosas. No me lo esperaba. Lo agradezco no sólo por mí, sino por mis padres y mi familia, que son los que más pueden disfrutarlo", continuó Raúl García, que se queda de su paso por el Atlético con lo que tiene "delante", el cariño de todos, más que con los títulos conseguidos.
"El tener tantos títulos al lado es una satisfacción a nivel deportiva, pero cuando llenas a la gente de la manera que les he llenado es lo que me vale. Mi trabajo es jugar al fútbol, pero esto es una carrera desde que nací, con mis padres enseñándome los valores que tienen importancia en la vida. Cambio todo lo que he podido conseguir por todo lo que tengo delante de mi familia y mis amigos", prosiguió el centrocampista durante su adiós al Atlético.
Ese reconocimiento hacia su persona y su forma de ser es el "más grande" para él de todos los 'títulos' conseguidos en esta etapa. "Al final, siempre me he planteado el fútbol como mi trabajo, una forma de vida y un respeto que tengo por el club que ha hecho posible que pueda estar donde estoy, pero todo lo que es a nivel personal satisface mucho más. Siempre lo he dicho, el día que vaya de los sitios que sea con la cabeza alta", valoró.
"No tengo reproches para nadie", añadió, preguntado por los pitos que sufrió de la grada en momentos de sus primeros años en el conjunto rojiblanco. "El único consejo que daría es que la gente apoye al jugador. Al final, todos somos el club y cuando las cosas no van bien no es fácil para nadie, pero no tengo reproche ninguno".
"Al contrario. Me he limitado a trabajar y por eso creo que la gente me tiene el cariño que me tiene. Mi forma de ser del campo afuera tienen muchas cosas en común", explicó Raúl, que admitió que la decisión de marcharse del Atlético, traspasado al Athletic Club para los próximos cuatro años, ha sido "muy complicada".
"Al final, tienes una balanza en la que pones todo para sopesar la decisión. Siempre he luchado al máximo para conseguir todo lo que tengo. Si me quedaba, iba a ser la misma sensación, pero soy demasiado competitivo como para que me valga jugar los ratos o los partidos que tengo. Todo jugador quiere competir al máximo", dijo.
"Me dan la opción de ir a un club muy bonito, que está haciendo las cosas muy bien. Me voy a tener que ganar también allí el puesto. Nadie me regala nada. Pensé con la cabeza fría, porque cuando piensas un poco con el corazón, los sentimientos no te dejan ver las cosas claras. Es una decisión muy meditada, muy hablada con mi familia y creo que va a ser la correcta", añadió.
¿Y volver al Atlético más adelante? "De momento, estoy con la cabeza pensando en ese nuevo reto que tengo. Tanto mi familia como yo tenemos una ilusión muy grande por lo que nos viene en esta etapa. Nunca se sabe en el futuro qué puede pasar. Siempre he dicho que lo importante es dejarte las puertas abiertas porque haces las cosas bien y todo el mundo reconoce que eres una persona de fiar. En el futuro ya se verá lo que sucede", respondió.
A Raúl García, que recibió una camiseta del Atlético con la inscripción por detrás 'Gracias Raúl', también le pidieron un consejo para el equipo en esta temporada. "Soy de escucharlos, no de darlos. El único consejo que doy es con mi forma de trabajar. Ellos me conocen perfectamente y están conmigo en la forma de ser que tengo. Cuando te pones límites que crees que no vas a conseguir, te vuelves mejor. Cuanto mas arriba mires, más lejos vas a llegar".