El Iberostar Tenerife, que se presentaba en Murcia habiendo ganado solo dos partidos en la segunda vuelta, se impuso de forma clara al UCAM (72-87) en un partido que dominó prácticamente desde el principio y en el que mostró más orden y decisión que su rival, desorientado y sin la intensidad precisa para voltear un marcador adverso.
Desde el comienzo se vio con los dos equipos, ya salvados del descenso y sin opciones de disputar los play off por el título, se empleaban sin demasiada vehemencia y cometieron demasiados errores para las facilidades que daban ambas defensas.
El Iberostar Tenerife, sin grandes alardes, mandaba al término del primer cuarto por 17-21 después de una canasta de tres puntos anotada por Daniel Kickert.
El UCAM se empeñaba en buscar el triple de forma abusiva -uno anotado de los 12 primeros intentados- y ello a pesar de contar con un Víctor Arteaga que hacía mucho daño en la zona canaria, con 12 puntos sumados gracias a su buena mano en situaciones cercanas y a su intuición en el rebote ofensivo.
Pese a la aportación del prometedor pívot grana, los de Alejandro Martínez parecían dispuestos a romper el encuentro y ni siquiera un tiempo muerto solicitado por el técnico local, Marcelo Nicola, impidió que la diferencia se fuese hasta los diez puntos (26-36), la cual prácticamente mantuvo el Iberostar, que se retiró al vestuario con un marcador capicúa a su favor (34-43) después de una bandeja de Nicolas Richotti sobre el bocinazo que marcaba el final de la primera parte. Entre el italo argentino y el canadiense Carl English llevaban 20 puntos y lideraban el ataque insular.
El choque se reanudó con cinco puntos seguidos del Iberostar ante la apatía local, lo cual llevó a la afición grana a silbar a su equipo y a Nicola a parar el encuentro apenas dos minutos después de iniciarse el tercer cuarto con 34-48.
Ni la respuesta del público ni la arenga del técnico hicieron reaccionar al UCAM, que siguió dando facilidades a un rival que anotaba con extrema facilidad, sobre todo por parte de Luke Sikma, para plantarse en los diez minutos finales con el partido muy encarrilado (50-65). El 3/20 en triples tampoco ayudaba a un conjunto, el grana, que hacía aguas en ambas partes del campo.
El último periodo, con Sikma engordando sus estadísticas para acabar con 25 puntos y siete rebotes, lo manejaron bien los tinerfeños, que no permitieron a su oponente rebajar la barrera psicológica de los 10 puntos (60-70 y 62-72) y al final vencieron sin ningún tipo de sobresalto un encuentro típico entre dos contendientes que lo tienen prácticamente todo hecho a estas alturas de la temporada.