Sin sorpresas en Manresa. El Real Madrid fue superior en todo al Bruixa d'Or (69-92), dominó de principio a fin y continua su marcha invicta en la Liga Endesa.
Los de Pablo Laso superaron con nota el presunto hándicap de las bajas por lesión y del cansancio acumulado en sus últimos enfrentamientos con el calendario de la ACB y la Euroliga, tras la conquista de la Copa del Rey.
Desde el mismísimo primer cuarto, el Real Madrid fue una auténtica apisonadora en el parqué del Nou Congost. La carta de presentación de sus intenciones ya quedó expuesta en los primeros minutos de juego. Los madridistas querían resolver pronto, y con un cinco de gala se dispusieron a poner al Manresa en su sitio con una auténtica exhibición.
Tres triples sin fallo de salida, una superioridad abusiva en rebote e intimidación en la propia zona y un exceso de respeto al rival en la plantilla manresana bastaron para esbozar el guión de lo que acabaría siendo el partido.
Como muestra, el botón de la diferencia de valoración ACB en la conclusión del primero de los cuatro periodos. Un -1 a 40, para una ventaja que ya sería de más 18 puntos (7-25) en el minuto 9.
Es verdad que el Bruixa d'Or conseguiría incluso ganarle al Real Madrid en los parciales del segundo y del cuarto final. Pero la verdad es que eso solo fue posible gracias al evidente relajamiento del equipo visitante en algunas de las fases del juego y al despertar de hombres como Darryl Monroe y Álex Fernández, sin duda los mejores locales, como mínimo los menos acomplejados.
Hubo un momento, por ejemplo, en el inicio del segundo cuarto en que el Manresa sólo anotaba con la muñeca de Monroe, autor de los 11 primeros puntos, hasta que Lujbicic y Goodridge casi le robaran a su compañero una canasta para obligar a Laso a solicitar un tiempo muerto porque los locales se acercaban a 13 puntos (25-38, min.17).
Al descanso se llegaría con un 28-42 que aun hacía concebir algunas esperanzas a los aficionados del Nou Congost. Pero en la reanudación, y tras el rato de respiro en el vestuario, el Real Madrid, volvió a dominar. Ahora, además, ya no sólo eran Llull, Mirotic y Rudy los estiletes blancos, sino que Sergio Rodríguez, Felipe Reyes, Bourousis y Mejri se unían al club de la eficacia en ataque y, sobre todo, de la intimidación defensiva.
El último susto para el Real Madrid (por llamarlo de alguna manera) llegó con un triple fallado por Asselin que, de no haber rebotado en el aro hubiera acercado a los locales hasta los 11 puntos de desventaja con el 42-56 en el luminoso.
Sin embargo, tras ese efímero momento de ilusión local, lo que llegó fue el último estirón visitante que situó al Real Madrid con una ya definitiva renta de casi treinta puntos (47-76, min. 33).