Que el Sevilla deportivamente anda mal no es ningún secreto, pero que sea inferior ante un rival como el Maribor es para mirárselo. El empate, eso sí, da cierta ventaja a los de Nervión.
Finalmente, sí sorprendió Emery con el once que presentó en el césped del Ljudski vtr Stadion. Dejó de nuevo a Iborra en el banquillo, al igual que a Bacca. Además, volvió a apostar por el dúo Fazio y Pareja en el eje de la zaga, situando a Carriço en la medular. Y todo ello, con Cheryshev en el once titular.
Arrancó el partido con el guión previsto. El control del cuero era para el Sevilla, aunque eso sí, la primera ocasión fue para el Maribor en el 9 en una internada del francés Mendy, más rápido que Pareja, pero su lanzamiento chocó con la parte externa de la red. Los minutos corrían y comenzaba a preocupar el escaso bagaje futbolístico que venía desplegando el Sevilla. Sin profundidad y excesivamente estático. Lo mejor hasta el minuto 25, el resultado.
Sólo por la banda de Vitolo comenzaban los nervionenses a asomarse por la meta eslovena, aunque sin excesivo peligro. Y para más inri los locales comenzaban a gustarse con la posesión de la pelota. Así llegó el primero de la noche en el 33. Jugada por la banda derecha del Maribor en la que Milec le ganó claramente la carrera a Fernano Navarro y a placer, el mejor futbolista de los eslovenos, el brasileño Tavares fusiló a Javi Varas. El gol hacía justicia a lo visto hasta el momento. Y por si fuera poco, Cheryshev se tuvo que retirar del terreno de juego lesionado. Marko Marin ocuparía su lugar.
Lo peor de todo este desastre no era sólo el resultado, sino que el Sevilla nunca fue mejor en el primer tiempo que un rival de rango inferior como es el Maribor. Eso sí, pudo empatar en el tiempo de descanso con un taconazo de Gameiro que detuvo a bocajarro Handanovic. Fue la más clara del primer periodo.
La ducha parece que refrescó las ideas de los de Emery hasta tal punto que fue reanudarse el duelo y poner la igualada en el marcador. Apareció Rakitic en el 46 para dar un pase magistral en boca de gol al francés Gameiro, que ahora sí no perdonó. No dio tiempo ni a merecerlo.
Casi encuentra el segundo el Maribor en el 59 con un pase desde el flanco izquierdo en el que ni Mendy ni Tavares se pusieron de acuerdo para rematar. Y sólo un minuto después, gran triangulación de los locales que terminó en las botas de Bohar pero su chut se marchó desviado por unos centímetros. El Maribor no se arrugaba y seguía siendo mejor que el Sevilla a pesar del empate a uno.
Hasta que en el 71 Fazio se encargó de casi liquidar la eliminatoria a balón parado. Saque de esquina que el zaguero argentino remató por encima de todos desde el área pequeña para poner el segundo en el luminoso.
Y cuando mejor estaba el conjunto de Emery, nuevo mazazo de los eslovenos. Disparo de Vrsic en el 81 desde fuera del área al que no llegó Javi Varas. Nuevamente, el empate campearía en el marcador y esta vez de manera definitiva. Y eso que al final el árbitro no señaló un penalti claro sobre Rakitic. Al final, empate justo y siete partidos consecutivos sin ganar.