El culebrón tocó a su fin. Beñat Etxebarría se marcha del Betis para fichar por el Athletic de Bilbao, el club que de sus amores, del que tuvo que salir y al que ahora regresa siendo mejor jugador de lo que era cuando se fue.
Cantidades arriba y abajo, el traspaso del vasco para los próximos cinco años se cifra en torno a unos 8 millones de euros más variables de distina índole que podrían elevar la suma hasta los 10 ‘kilos’.
El futbolista de Igorre que será presentado esta tarde en la sala de prensa del Palacio de Ibaigane tras haber pasado reconocimiento médico en el día de ayer por el conjunto bilbaíno, no quiso por supuesto dejar pasar la oportunidad de despedirse públicamente del beticismo ante los medios junto al presidente de la entidad, Miguel Guillén.
Son varios momentos de felicidad y una por encima de todos tristeza los que el mediocampista se lleva consigo: "El ascenso, personalmente el derbi, y la UEFA de este año. Lo malo, lo de Miki".
Después de un breve discurso de ambos en agradecimiento mutuo, Beñat, cuyo vínculo familiar reconocía, ha sido clave en su vuelta a Vizcaya, valoraba su fichaje y todos los condicionantes posibles: "El proyecto del Athletic me parece también bonito y creo que necesitaba un cambio. Todas las etapas tienen un final, pero si no hubiera salido me hubiera sentado a hablar con el Betis, pues había una temporada muy bonita con Europa por delante”.
Como nota destacada y tras desvelar que fue consciente decisivamente de la operación en los últimos días, se muestra con ganas de afrontar u nuevo reto: "No le guardo ningún rencor al Athletic. Para mí es un sueño volver”.