Despedida entre lágrimas de Adrián San Miguel del Betis en el día de ayer donde no faltó el componente emocional cuyo rostro del futbolista reflejó prácticamente en la totalidad del tiempo.
El joven portero pone rumbo a tierras inglesas para convertirse en jugador del West Ham para las próximas tres temporadas, con unos emolumentos inalcanzables para el club helipolitano: "No creo que haya traicionado a nadie. El fútbol da muchas vueltas. Espero haber acertado y no equivocarme. Mientras he estado en el Betis lo he dado todo por él. Me voy de aquí pero no es un adiós, sino un hasta luego y espero volver”.
Para el guardameta bético, la complejidad de poder hacerse un hueco importante en la entidad verdiblanca siendo de la casa, es elevada: "Nadie es profeta en su tierra y es complicado triunfar aquí, pero el club tiene sus limitaciones y dentro de su posturas habrán hecho lo máximo. He tomado una decisión que determina mi futuro y el de mi familia. Tampoco digo que no se me haya valorado”.
Por último, Adrián, que se mostró a medida que avanzaba su discurso, más compungido y emocionado, quiso agradecer el esfuerzo de todos y recordar su beticismo: "Mención especial a mis compañeros, al cuerpo técnico y al míster, que adoptó una decisión valiente. Seguiré animando y vibrando como un bético más”, concluía.