El Cabildo Catedral de Córdoba ha decidido, en previsión de que se puedan producir nuevos desprendimientos, mantener instalados los andamios que montó la pasada semana en el exterior de la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral de Córdoba, para comprobar el estado de la misma y de la anexa torre campanario, después de que se desprendiera un trozo de cornisa justo por encima del arco exterior de la puerta, sin provocar daños personales.
Así lo han confirmado este miércoles a Europa Press fuentes del Cabildo, las cuales han precisado que los andamios, reforzados con una chapa en la parte superior para evitar que lleguen al suelo nuevos trozos de la cornisa que pudieran desprenderse, permanecerán instalados a la espera de que la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Córdoba responda a la solicitud que ya le ha hecho el Cabildo de que le autorice a realizar un informe de evaluación sobre el estado de la cornisa afectada.
Dicho informe será el que determine, una vez concluido, las medidas que es preciso adoptar, tanto para asegurar el paramento afectado, como para su posterior restauración. De hecho, cuando se produjo el desprendimiento se procedió a acordonar la zona y se dio aviso a la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta, para que permitiera examinar qué es lo que había provocado la caída.
El desprendimiento se produjo en una de las cornisas más próximas al suelo, concretamente la que está justo sobre la puerta. Por este motivo se procedió a trabajar en la torre con unos andamios, en vez de con trabajo en altura.
La estructura de andamios está colocada en la Puerta del Perdón, situada en la entrada Norte de la Mezquita, la que da a la calle Cardenal Herrero, pero sin impedir el acceso de los visitantes del conjunto munumental al Patio de los Naranjos por esta entrada.
La torre campanario de la Mezquita-Catedral reabrió al público en 2014, tras permanecer 24 años cerrada y ser sometida a un delicado proceso de restauración. Es un objeto arquitectónico único, pues en su interior cuenta con un antiguo alminar, levantado en el siglo X y posteriormente reconvertido en campanario, sindo hoy el punto más alto de Córdoba.