No todas las noches "albergan horrores", como reza el mantra de la serie "Juego de tronos"; la que propone Amaral en su nueva gira, "Nocturnal", quizás la más visual y bella de su carrera, es un tránsito que realza los puntos de luz y que descubre una faz distinta a algunas de sus criaturas.
"A veces está bien echarle un pulso a tu audiencia, llevarle la contraria. No vamos a volver a escribir 'El universo sobre mí' o 'Hacia lo salvaje'", justifica Juan Aguirre, cincuenta por ciento del dúo, solo unos minutos después de mostrar por primera vez ante un reducido aforo en Pozoblanco (Córdoba) esos cambios en su repertorio.
Así, en un ensayo general abierto al público de resultados apoteósicos, el dúo zaragozano cerró este pasado jueves los preparativos de un tour concentrado en pocas fechas y grandes espacios, que este sábado desembarcará en el festival SOS 4.8 de Murcia y, más adelante, el 19 de mayo, en el Barclaycard Center de Madrid (que no pisan de gira desde 2008).
"La anterior gira de teatros fue cabezonería mía, porque los tengo muy idealizados desde que vi a Nick Cave en el Teatro Principal de Zaragoza", reconoce Eva Amaral, sentada a su lado, en un encuentro con Efe y otros medios tras el ensayo.
Su vistosa escenografía, obra de XLR Producciones, no tiene en cualquier caso nada que envidiar a las giras más teatrales, en contraste con el carácter espartano de la gira previa.
"Es uno de los escenarios más bonitos que hemos llevado", destaca la artista zaragozana, que canta por momentos bajo un planisferio estelar. "Ya era hora de que tuviéramos de verdad el universo sobre nosotros", bromea.
El arranque, no obstante, se produce a oscuras, casi en un susurro, con "A veces se gana, otras se pierde", extraída del disco que protagoniza con una decena de canciones el tour al que da nombre.
Enseguida asoma "Revolución" para demostrar que esta es también una noche con marcadas bases rítmicas, no en vano, han diseñado una disposición semicircular en torno a "la punta del iceberg", Eva, con la batería en el extremo derecho, en vez de al fondo.
"Es una manera de recuperar los recuerdos de rock de niño, esa noción de algo tan físico y bestia como golpear unos tambores. ¿Por qué esconder al batería?", justifica Aguirre ante una decisión que permite disfrutar por ejemplo del derroche de "Hacia lo salvaje".
Mucho antes de ese momento, aparece la sorprendente versión entre el soul y el rock de "No sé qué hacer con mi vida", un tema de su primer disco homónimo, con casi 20 años de vida que para ellos esta muy vigente.
"Una que no tocaría ya nunca es 'Tarde de domingo rara', porque el arreglo fue un completo error. Y otra que cambiaría es 'Toda la noche en la calle', porque tiene cinco notas que se parecen demasiado a una guitarra de David Bowie, pero no nos dimos cuenta", confiesa Aguirre.
La de "No sé qué hacer con mi vida" no es la única transmutación reseñable. Ahí queda el guiño cómplice con el público que constituye el solemne teclado eclesiástico de "Marta, Sebas, Guille y los demás", "una canción cuya popularidad se nos fue de las manos", afirma.
En otros momentos apuestan por la reflexión, como cuando suena la reciente "La ciudad maldita", en la que su vocalista rememora la muerte de un familiar durante la Guerra Civil.
"Soy partidaria de que, para cerrar heridas, hay que conocer los hechos y de que no sirve de nada echar tierra encima, nunca mejor dicho. Llevaba mucho tiempo intentando terminarla. No quería caer en el dramatismo, pero lo que estaba contando es terrorífico y no había manera de hacerlo más poético", explica.
Haciendo gala de su poderosa voz, ya sea con las manos desnudas o empuñando pandereta, armónica o su guitarra eléctrica, Amaral vuelve a demostrar por qué es una de las artistas más valoradas en directo.
"El mundo del rock es muy machista, lo he descubierto trabajando junto a una mujer. Cuando se habla de Pereza o Estopa, nadie piensa que uno es el genio y el otro el que tiene la voz, y con nosotros pasaba", lamenta Aguirre, que califica a su compañera como una gran guitarrista.
Habrá ocasión de comprobarlo en 25 fechas. Tras Murcia, viajarán por ejemplo al Bilbao Arena Mirabilia (14 de mayo), al Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza (21 de mayo) y al Sant Jordi Club de Barcelona (11 de junio).
Está previsto que el periplo español concluya en septiembre y les deje tiempo para arreglar "una lista bastante importante de canciones" que ya tienen para su próximo disco, antes de volver a salir en 2017 camino de Latinoamérica y Europa.