La priora del Monasterio de San José de las Carmelitas Descalzas de Lucena (Córdoba), Sor Adriana de Jesús Resucitado, ha señalado este domingo que el mensaje de esperanza del Papa Francisco "ha calado" en el municipio tras su llamada al convento en la mañana y la tarde del día 31 de diciembre para felicitarlas por el Año Nuevo y trasladarles mensajes de ánimo, esperanza y alegría de cara a este 2014.
Según ha indicado la priora de la congregación a Europa Press, desde que saltó a los medios la noticia de la llamada han recibido "numerosas felicitaciones de todo el mundo". Así, han podido hablar con personas tanto de Estados Unidos de habla hispana, como de Argentina, un sacerdote de Perú, de Italia, Colombia, Portugal e incluso con la agencia internacional de información católica Zenit, así como con muchos medios nacionales e internacionales.
Sor Adriana se ha mostrado "orgullosa" de este gesto del Papa, y ha manifestado que las hermanas están todas "muy contentas" de haber sido "un vehículo para llevar la alegría y esperanza que quiso transmitir el Santo Padre, junto con su bendición, a toda Lucena y el mundo".
De esta manera, ha explicado que la relación de su Congregación con el Papa se remonta a hace 15 años, ya que ellas son de origen argentino, y que desde entonces les llama todos los años "al menos una vez" para "pedir oraciones e interesarse como un amigo por todas nosotras". No obstante, este año no esperaban ninguna llamada por su parte, porque "el Santo Padre tiene muchas ocupaciones en Navidad y no creía que pudiera acordarse de nosotras".
Como se recordará, la llamada fue de unos 15 minutos y, "como siempre, les preguntó cómo estaban". Estuvo presente toda la comunidad --tres argentinas, una venezolana y una española-- ante lo que "le pidió licencia para que toda la comunidad lo escuchara a través del 'sin manos', a lo que él respondió que sí, por favor", según el relato de la madre Adriana.
El Papa Francisco insistió en trasladar mensajes de ánimo, esperanza y alegría. "Nosotras le apuntamos que estábamos en un barrio de la periferia de Lucena, de gente trabajadora, humilde y que lo están pasando mal, pero que él caía bien", ha dicho.
Así las cosas, cuando el Santo Padre escuchó este comentario pidió que "por favor" que "a todo el mundo, que de una manera u otra se relacione con el monasterio, le dijeran que el Papa les manda un saludo". Especialmente, "se acordó de los que lo están pasando mal y extendió su saludo, su bendición y el deseo de un feliz año a todo el pueblo de Lucena", ha precisado la priora.
El diálogo entre el Papa Francisco y las religiosas discurrió en un ambiente de cercanía, de amistad y de diálogo. "Es el mismo de siempre", asegura Sor Adriana, quien recuerda que un objetivo del Papa es que "nadie se sienta excluido por razón de fe o de creencia".