El jurado ha declarado culpable de asesinato al joven de 20 años de edad, acusado de asestar una puñalada mortal a José Antonio P.C. e intentar asesinar a dos amigos suyos, a los que supuestamente acuchilló en el botellón, junto a la zona de ETEA, en la capital cordobesa en 2011, al tiempo que considera que el otro joven procesado es culpable de encubrimiento, "por ocultación" de la navaja empleada.
Tras concluir la lectura del veredicto, las partes han vuelto a calificado los hechos y la Fiscalía ha elevado las penas que solicitaba para el presunto asesino de 22 años a 31 de prisión, mientras que la acusación ha mantenido su petición de 50 años de cárcel. Igualmente, ambas partes han mantenido las penas de dos y tres años de prisión, respectivamente, para el presunto encubridor.
En concreto, el jurado considera que sobre las 1,30 horas del día 22 de octubre de 2011 y en un solar habilitado ese día para la práctica del 'botellón', junto a los aparcamientos de ETEA, F.J.V.F. se acercó a las inmediaciones en las que estaba un grupo de jóvenes --entre los que se encontraban José Antonio P.C., J.M.M.F. y J.M.R.--, y les sustrae una botella de licor.
Ante ello, los tres jóvenes se acercan a él para recriminarle su actitud y en ese justo momento, F.J.V.F. "de espaldas a ellos, saca una navaja de no menos de nueve centímetros de hoja que llevaba oculta entre sus ropas y asesta una puñalada a cada uno, tirando la navaja al suelo y huyendo del lugar", si bien es detenido después por una patrulla de la Policía Local.
En este punto, el jurado cree que el acusado "quería matar" a los tres, y es que "los tres apuñalamientos los hizo de manera tan sorpresiva, rápida e inesperada que sus víctimas no tuvieron ni ocasión para defenderse", según el jurado. Como consecuencia de la agresión, José Antonio P.C. muere, mientras que los otros dos jóvenes sufrieron heridas de "riesgo vital" por las zonas en las que se produjo.
"IMPEDIR EL DESCUBRIMIENTO"
En relación con el otro acusado, J.C.E.P., el jurado considera que era "conocedor de las agresiones", y tras ello "cogió del suelo la navaja empleada en la agresión y la escondió" cerca del Jardín Botánico, aunque "dos días después, acudió al sitio en que la había dejado escondida, la recogió y la tiró de inmediato al río Guadalquivir, con la finalidad de ocultarla e impedir el descubrimiento del delito". Cabe destacar que la navaja empleada en la agresión no ha aparecido.
Entretanto, el jurado manifiesta que el presunto asesino no estaba en estado de intoxicación plena por la ingesta previa de alcohol o cannabis, y no tenía algo mermadas sus facultades en los apuñalamientos. Así, considera que es culpable de asesinar al joven e intentar asesinar a los otros dos, mientras que el otro acusado es culpable del "encubrimiento de los delitos" cometidos por F.J., "por ocultación del instrumento delictivo".
Además, el jurado no se muestra favorable a una petición total o parcial de indulto a favor del presunto asesino, ni tampoco es favorable a la misma petición para el presunto encubridor.