El entrenador del Córdoba CF, el argentino Juan Eduardo Esnáider, ha afirmado hoy que una victoria de su equipo el próximo sábado ante el Sporting de Gijón, en El Molinón, supondría que el resto de los aspirantes a la fase de ascenso tomarían a los cordobesistas "más en serio".
Esnáider ha dicho en rueda de prensa que ganar en Gijón sería "dar un golpe" sobre la mesa, por lo que ha calificado como "clave" este partido "para aspirar a cosas", aunque para ello ha insistido en que desde el entorno del equipo no se puede "estar mirando a los resultados de Las Palmas o Almería", porque "lo primero" es el Córdoba.
Pese a que el Sporting perdió sus opciones de alcanzar la última plaza de la fase de ascenso hace un par de jornadas, Esnáider ha asegurado que, como ya vivió en su etapa de jugador, en El Molinón "siempre es difícil encontrar un ambiente relajado" y "ahora menos, con el entrenador que tienen", ha precisado sobre José Ramón Sandoval.
"Nos enfrentamos a un equipo muy motivado y duro, con una afición buenísima", ha apuntado el técnico argentino, por lo que ha vaticinado un choque "hermoso" y "abierto", al anunciar que el Córdoba "arriesgará" ante un rival con "muchos jugadores contrastados".
Esnáider, que ha reconocido tener "dudas" para el once inicial dado la mala imagen del equipo en Jerez pese al triunfo (1-3), ha convocado por primera vez a un jugador del filial, el medio punta Juan Guerra, a pesar de no haber entrenado bajo sus órdenes con el primer equipo.
Otra de las novedades para la visita a Gijón es el juvenil Manuel Miquel, de quien el entrenador del Córdoba ha dicho que le gustó su "personalidad" en el amistoso jugado la semana pasada, al margen de que tiene "calidad", por lo que es un jugador "interesante, al que hay que seguir".
Miquel entra en la convocatoria en lugar del delantero Joselu, que se ha lesionado hoy, mientras que Guerra sustituye al centrocampista brasileño Paulo Henrique Soares 'Pauliño', la única baja por decisión técnica, además de que tampoco viajan por lesión el defensa Gaspar Gálvez y el mediocampista argentino Sebastián Dubarbier.
