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Córdoba

El acusado de asesinar al varón de La Chica Carlota dice que "ojalá" supiera cómo murió

Asegurando que los planes de la víctima eran "irse para Madrid con todo el dinero posible, para que no le siguieran el rastro"

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  • Juicio por el crimen de La Chica Carlota. -

El acusado de asesinar a Juan Carlos, un varón de unos 45 años y con enfermedad mental, en la aldea cordobesa de La Chica Carlota en septiembre de 2017, ha declarado este lunes ante el jurado que "ojalá" supiera cómo murió, negando que fuera él quien le quitó la vida y asegurando que los planes de la víctima eran "irse para Madrid con todo el dinero posible, para que no le siguieran el rastro", y tras ello decidir si se iba fuera de España y a dónde, todo después de tener ambos "una pequeña relación".

Así lo ha contado el procesado en el juicio que ha comenzado en la Sección Segunda de la Audiencia de Córdoba, en el que él, en prisión provisional, y un abogado están acusados de haber planeado y perpetrado el asesinato de Juan Carlos y se enfrentan a la petición de pena de prisión permanente revisable.

La fiscal ha cuestionado que el presunto asesino haya ofrecido una versión de los hechos que no había facilitado hasta ahora al negarse a declarar en la fase de instrucción y le ha preguntado por qué no avisó a la Policía de la desaparición de Juan Carlos, esgrimiendo que no se le pasó por la cabeza que "le habría pasado algo tan grave como lo ocurrido".


Al respecto, dicho acusado ha relatado que "vivía de lo que iba saliendo" de trabajos, teniendo en cuenta que "estaba en busca y captura" por "una cosa" que no quiso reconocer ante la justicia y se negó a "entrar en prisión", a la vez que ha explicado que "tenía relación con la Iglesia", por haber sido "voluntario en distintas parroquias", y ha remarcado que nunca ha trabajado como investigador.

En este caso, tras conocer al abogado acusado por defenderle en "varios casos de robos con violencia", ha comentado que el letrado le dijo que "si estaba interesado en echarle una mano a Juan Carlos" tras ponerse en contacto con él para interponer una denuncia de supuestos abusos sexuales relacionada con sacerdotes y hermanos suyos, según el testimonio de ambos procesados, todo ello sin hablar nada de dinero, ha apostillado el presunto asesino.

Según su declaración, al identificarse ante Juan Carlos lo hizo con su nombre, pero al considerar Juan Carlos que las llamadas eran "grabadas" prefirió que utilizaran "pseudónimos" y a él se le ocurrió un nombre de "una de las falsificaciones" que ha utilizado en otros casos, defendiendo que no se hacía pasar por sacerdote, ni como representante del Arzobispado de Madrid.

No obstante, ha admitido que tenía y utilizaba "vestimenta de sacerdote" en algunos viajes como "la mejor manera de pasar desapercibido", ante su situación pendiente con la justicia, pero que a La Carlota "nunca" bajó como sacerdote. También, ha dicho que Juan Carlos "tenía muchos problemas", pero no sabía que tuviera una enfermedad mental, y que el día que supuestamente ocurrieron los hechos un vecino les vio irse "juntos", justificando el acusado dicha marcha en que Juan Carlos "estaba asfixiado" de La Chica Carlota y se sentía "espiado por sus vecinos".

Preguntado por la fiscal por el hecho de comprar en una ferretería varios utensilios, como pico y carretilla, el procesado ha expresado que eran para "cargar pertenencias" de cara a marcharse de la casa. Según su relato, perdió el contacto con Juan Carlos días después, tras irse los dos a Madrid. Y ha dicho que no tiene idea dónde se pudo marchar, ni entiende por qué apareció muerto en su casa, a la vez que ha reconocido que aprovechó que tenía la tarjeta bancaria de Juan Carlos para "sacar dinero".

EL CONTACTO

Por su parte, el abogado acusado ha negado que encargara al otro procesado investigar los hechos que Juan Carlos iba a denunciar, sino que le comentó "si le interesaba" el asunto "al estar relacionado con la Iglesia" y saber que dicho acusado "tenía experiencia en temas de la Iglesia", de ahí que pusiera en contacto a ambos, después de asegurar que fue Juan Carlos el que propuso contratar a un detective.

Asimismo, el letrado ha señalado que no sabía si dicho procesado tenía experiencia como investigador privado, pero "sabía un poco cómo funcionaba el mecanismo de la Iglesia", ha apuntado, para admitir que sabía que el mismo estaba "en busca y captura". Y ha aclarado que él "nunca" ha estado en La Chica Carlota.

Además, ha indicado que lo que le planteaba Juan Carlos parecía "extraño" y al no encontrar nada para denunciar, no interpuso la querella, al tiempo que ha dicho que siempre se comunicaron por teléfono y que no advirtió "en ningún momento que tuviera problemas mentales", aunque Juan Carlos le mandó en un correo electrónico un documento de 2011 sobre su "incapacidad" y "esquizofrenia", ha relatado.

A preguntas del presidente del tribunal del jurado, ha dicho que no sabe por qué en uno de los ingresos bancarios de Juan Carlos para interponer la denuncia aparece "provisión de fondos del investigador", al tiempo que se ha comprometido a presentar en el juicio todos los correos con Juan Carlos, tras cuestionar el magistrado la falta de presentación de parte de los mismos.

Las sesiones de juicio se celebran en horario de mañana y tarde hasta el 20 de junio, incluyendo la posibilidad del sábado 18, teniendo en cuenta que el 26 de junio "es la fecha tope cuando habría que poner en libertad" al acusado en prisión provisional.

Según el auto de hechos justiciables, "el riesgo de fuga u ocultación resulta altísimo" por parte de dicho procesado, por lo que "se estima conveniente la pronta celebración del juicio para que, en caso de que se produzca una sentencia condenatoria, pueda mantenerse hasta la mitad de la pena impuesta dicha medida, como legalmente es posible, o bien su inmediata puesta en libertad en el supuesto contrario", todo ello ante "sus antecedentes y el hecho de que se sometió a una operación de cirugía estética" tras los hechos.

HECHOS JUSTICIABLES

Como hechos justiciables se señala "la muerte violenta llevada a cabo de forma intencionada" por el acusado preso de Juan Carlos, ocurrida en su domicilio de la aldea de La Chica Carlota, "en hora no determinada entre las 14,00 del día 3 y las 17,00 horas del 5 de septiembre de 2017, "con la connivencia del otro acusado, prevaliéndose de la enfermedad mental de la víctima, que padecía esquizofrenia paranoide".

"Dicho acto fue llevado a cabo para facilitar la impunidad del hecho siguiente, una vez que el fallecido tuvo contacto con otro abogado", indica el auto, que apunta a la entrega de "9.700 euros entre el 1 de marzo y 12 de junio de 2017, bajo engaño" que el letrado "urdió, para conseguir de Juan Carlos dicha entrega, fingiendo la realización de un determinado encargo profesional y prevaliéndose de su crédito profesional".

Se indica "la participación activa del otro acusado, que desempeñó el papel del 'investigador' que habría de colaborar en la interposición de denuncia o querella por abusos sexuales que dijo haber sufrido hacía algún tiempo".

Advierte de "la sustracción, consecutiva a la muerte, de determinados objetos personales, vehículo y documentación de ésta"; "el apoderamiento mediante el uso de tarjetas bancarias de 37.337 euros", realizando distintas operaciones, como extracciones en cajero automático y la compra de determinadas herramientas en una ferretería con las que "hace desaparecer el cuerpo", entre otras.

Y se cita "la frecuente utilización de documentación de Juan Carlos, por quien el acusado preso se hacía pasar, tanto para las operaciones anteriores como para eludir responsabilidades o justificar el uso del vehículo sustraído", y "la falsedad documental, atribuyendo a la víctima la condición de sujeto contractual en un préstamo de 30.000 euros".

El referido auto explica que el acusado en prisión provisional "con el dinero se sometió a una operación de cirugía estética" en octubre de 2017. Fue detenido en Madrid en enero de 2018. Casi un año más tarde, el 2 de agosto de 2018, se localizó el cadáver de Juan Carlos enterrado en el patio de su casa.

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