«Una alimentación y un estilo de vida saludables son las mejores armas para luchar contra la enfermedad cardiovascular»
No hay lugar a dudas, nuestra alimentación es cada vez peor. Vivimos en un mundo condicionado por la globalización y las nuevas tecnologías. Donde la situación tanto económica como social reduce el vínculo familiar y nos obliga a escoger alimentos de bajo coste que nos permitan ahorrar tiempo de preparación e ingestión. Vivimos rápido, comemos todavía más rápido.
Hoy en día, hay muchas cadenas de comida rápida, abusamos con comidas envasadas, congeladas yo enlatadas: Refrescos, patatas de bolsa, dulces y bollería industrial.
Dichos alimentos, lejos de ser saludables son alimentos ultraprocesados, con muchos aditivos y químicos y nos acaban afectando al provocar obesidad, enfermedades crónicas que afectan al corazón, los dientes y muchos otros órganos. A causa de las famosas y tan pronunciadas hoy en día, comidas rápidas y abusar de productos cárnicos y altos en grasas saturadas sufrimos de artritis, padecemos dislipemias etc…
La alimentación es el proceso mediante el cual los seres vivos consumimos diferentes tipos de alimentos con el objetivo de recibir los nutrientes que nos aseguran la energía requerida para la conservación, el crecimiento de un organismo y en definitiva para sobrevivir.
No todos los alimentos son iguales, los nutrientes están distribuidos de manera desigual, aunque hay alimentos con una composición química muy parecida. Podemos clasificarlos en función de los nutrientes que aportan:
Alimentos con función energética: son aquellos alimentos que contienen abundantes glúcidos o lípidos. Unos son ricos en hidratos de carbono (cereales, legumbres, patata…) otros en grasas (aceites, mantequilla…)
Alimentos con función plástica: aquellos alimentos ricos en proteínas (carnes, pescados, huevos, lácteos…)
Alimentos con función reguladora: son aquellos alimentos ricos en sales minerales y vitaminas. (frutas, hortalizas y verduras)
La alimentación depende de cada persona, de su economía, su cultura, religión y el lugar en el que vive. Por ejemplo, una persona con mayor poder adquisitivo que otra podrá escoger productos más caros, y así, de mayor calidad. Las personas que trabajan en el campo se benefician de sus propias cosechas y plantaciones, por lo que se aseguran alimentos sanos y saludables. En algunas culturas y religiones hay alimentos prohibidos. Además cada persona necesita unos requerimientos nutricionales que dependen de su edad, sexo y actividad física diaria.
Se han publicado multitud de estudios sobre la relación entre el riesgo de enfermedad cardiovascular y diversos patrones de alimentación actuales. Enfermedades como la obesidad, diabetes tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares pueden ser fácilmente evitadas con dieta saludable y ejercicio físico diario.
Conil tiene una localización privilegiada en una zona costera de la región mediterránea. Tenemos una de las mejores dietas del mundo, la dieta mediterránea. El mar nos ofrece alimentos de calidad como el famoso atún rojo de almadraba, la corvina o el pez espada. Es famosa nuestra carrillada de la Muela-Vejer, las legumbres y hortalizas de la fértil huerta conileña, el aceite del olivar andaluz, cereales y los quesos de la serranía gaditana.
La alimentación del futuro será una continuación de las tendencias actuales, se adaptará al nuevo consumidor y abundarán alimentos que ahora nos pueden parecer impensables como los insectos, las algas o la carne de laboratorio.
Como consumidores debemos apoyarnos en alimentos sanos y de calidad, huir de los mitos, la publicidad engañosa y las dietas sin base científica. Guardar unos hábitos de vida saludables, huir del stress y ser felices cada día.
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Alumnos del IES Los Molinos participan con sus trabajos con el periódico Viva Conil divulgando sobre ciencia y otros temas importantes en su realidad cotidiana. En esta ocasión ha sido redactado por Carla Lojo González y Lucía Pérez de 3º ESO B.