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Chiclana

Casi 900 participantes en la tercera edicion de la Carrera de la Mujer

La recaudación procedente de las inscripciones y de la barra fue entregada a la ONG 'Hogar de Nazaret' para atender sus proyectos sociales.

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  • Carrera de la Mujer -

Casi 900 mujeres participaron en la tercera edición de la Carrera de la Mujer celebrada este domingo en Chiclana, superando la cifra del año pasado y planteándose la organización como objetivo superar el millar para el año que viene.

La actividad, organizada por la Delegación de Deportes del Ayuntamiento de Chiclana y la Escuela Infantil Huerta Rosario, con la colaboración de la Delegación Municipal de la Mujer, consiguió congregar a miles de curiosos y espectadores en la plaza que se acercaron a presenciar el evento, animar a las participantes y apoyar la causa de la carrera.

Lo recaudado en la inscripción de cada participante, 3 euros por mujer, será destinado al Hogar de Nazaret de Chiclana, residencia geriátrica. Además, la organización instaló una barra de bebidas y aperitivos cuyo beneficio se destinará a la misma causa.

El día comenzó con un calentamiento para las concursantes. Antes de dar salida a la carrera, la monitora de aerobic desde el escenario animaba a las participantes a calentar para evitar lesiones durante la carrera. En la línea de salida podían verse concursantes de todas las edades, desde madres con sus hijas en el carrito, hasta grupos de concursantes de tiendas de ropa, grupos de pilates o de atletismo, corredoras independientes e incluso mujeres mayores que se sumaron al evento.

Pasados 10 minutos y 55 segundos de la salida, aparece la primera ganadora por la meta. Se trataba de María del Carmen Chávez Rodríguez, natural de Chipiona y concursante independiente. Más tarde comenzaron a sumarse las demás participantes.

Una vez todas las concursantes llegaron a la plaza y repusieron fuerzas, comenzó el sorteo de regalos. Los premios consistían en bonos de un fin de semana de spa del Hotel Barceló y lotes de productos de El Corte Inglés.

Las concursantes pudieron disfrutar también de una sesión de stretching que les sirvió para relajarse y estirar los músculos y bailar también con la música que ambientaba la plaza. Podían estar tranquilas por sus hijos, ya que una empresa colaboradora les brindó la oportunidad de dejarlos en una guardería hecha para la ocasión.

A continuación tuvo lugar la entrega de premios de la mano del alcalde de Chiclana, Ernesto Marín Andrade; la titular de la Delegación de la Mujer de Chiclana, Ana María Bertón; la representante de Hotel Barceló, Lucia Guerra; Antonia Rendón Vela, en representación de Hogar de Nazaret de Chiclana, y representantes de firmas comerciales.

Los trofeos fueron para las tres primeras que llegaran a la meta y a la primera local de cada categoría. Las medallas eran de la cuarta a la sexta de cada categoría y por último los premios especiales, los cuales fueron repartidos a los grupos o colectivos más numerosos y a la participante de mayor edad, en este caso, una mujer nacida en 1934 que no dudó en participar en la carrera y hacer muestra de su habilidad a pesar de su edad.

Finalmente, las participantes y espectadores disfrutaron de la actuación musical de Las Mónicas y Nazaret.

Como explicó el coordinador, la carrera estaba organizada tanto para el objetivo de recaudar dinero para el Hogar de Nazaret, como para fomentar el deporte femenino.
Esta iniciativa fue muy bien acogida por las participantes de edad más avanzada. Por toda la plaza podíamos ver familias, parejas, amigas, pasándolo, aparentemente, como nunca. Desde que comenzó a oírse, las madres se dieron a la música, y comenzaron a bailar, las abuelas, con sus amigas, no dudaron en marcarse unos pasos. Era posible ver cómo las mujeres, en grupos, y sin necesidad de animación, no paraban la conversación que las ocupaba, sino que la seguían con una sonrisa y al ritmo de la música.

Lo que comenzó como una carrera femenina acabó siendo una fiesta a la que se sumaban grandes y pequeños, hombres y mujeres. El ambiente en la Plaza era pegadizo. Cualquiera que pasara no podía evitar contagiarse de aquel aire festivo que una simple carrera con un gran propósito había dado lugar. La gente se unía al final de la carrera a la clase de aerobic, o, sin ella, a la música que salía de los altavoces.

A la hora del aperitivo familias se congregaban en las barras para comer, siempre con una sonrisa en la cara. Mayores y pequeños disfrutaron, una mañana organizada en beneficio de los que allí se encontraban y para el Hogar de Nazaret.

En definitiva, un soplo de aire fresco en esta época que afecta tanto a las ciudades andaluzas y una forma de demostrar que la gente tiene la fuerza necesaria para afrontar lo que estos inciertos momentos les depare.

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