Según ha hecho público el Gobierno de Gibraltar en un comunicado, un informe interno de expertos realizado en 2005  instó al Gobierno de Peter Caruana a "actuar ahora" y advirtió de que la actitud de “rezar” y “cruzar los dedos” no era una opción en relación con la red de distribución de electricidad, que “se caía a pedazos”.
El informe destacaba también que el problema era tan grave que no se podía "aplazar hasta el  futuro lejano para que otros pudieran hacer frente”. Desafortunadamente, apuntan, “el Gobierno no tomó las medidas necesarias y en 2011 perdieron las elecciones generales y pasaron el problema a sus sucesores seis años después de la recepción de este informe condenatorio”, relata el Gobierno de Fabian Picardo.
En 2007 un nuevo informe reiteraba que la red de cableado era deficiente y que eran muy probables los cortes de energía y las interrupciones,  por muchos generadores que se instalaran.
Así, la nota del Gobierno de Picardo apunta que, tras el incendio de la estación eléctrica Waterport, hay suficiente capacidad de generación eléctrica en Gibraltar y que el problema es con la antigua y “chirriante” red de distribución al que el  Gobierno de  Caruana hizo caso omiso, a pesar de ser conocedor de los problemas existentes.