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El Resucitado pone fin a una Semana Santa marcada por el buen tiempo

La gran afluencia de visitantes registrada durante estos días festivos abre una puerta a la esperanza al sector turístico que se prepara ya para la temporada alta

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  • Numerosas personas acompañaron al Cristo en su recorrido por el centro. -

La procesión de Jesús Resucitado puso ayer el broche de oro a una Semana Santa de las mejores que se recuerdan en lo que a condiciones meteorológicas se refiere. No en vano, la de 2009 ha sido la segunda Semana Mayor del siglo, después de la de 2001, en la que todas las hermandades de la ciudad han podido hacer su estación de penitencia, sin que ningún chaparrón inesperado se lo impidiera. Además, esta Semana Santa ha estado marcada por una alta afluencia de visitantes debido en gran parte a esa buena climatología. 

La última procesión de este año se inició ayer a las once de la mañana. Con un cielo totalmente despejado y un sol radiante hacía su salida la imagen del Resucitado de la Parroquia de San Juan Bautista, popularmente conocida como Iglesia Mayor. Acompañado por representantes de más de una decena de hermandades y cofradías del municipio, el paso del Cristo realizó un recorrido de tres horas por las principales calles del centro de la ciudad. 

Los costaleros de la Peña Nazarena han sido este año los encargados de mecer el paso al son de las marchas de la Banda Municipal de Música Maestro Enrique Montero, que, como no podía ser de otra manera, expresaban la alegría de la Resurrección. 

La imagen del Resucitado, que sale en procesión desde 1980, fue realizada por la casa Julián Cristóbal, de Madrid. El Consejo de Hermandades sufragó los gastos de esta imagen como colofón de la Semana Santa chiclanera y desde entonces es la encargada de organizar esta procesión que pone fin a los actos.

Pasión por el turismo 

El centro y la zona costera registraron ayer, al igual que los días festivos anteriores, una gran afluencia de visitantes, aspecto habitual en estas fiestas y muy beneficioso para el sector hostelero. Sólo el viento de poniente que sopló durante el día de ayer impidió que las playas lucieran llenas, pero no así el paseo marítimo que durante todo el día registró un ir y venir de viandantes. 

Fervor, religión, cultura, turismo y sol. Ingredientes que hicieron que esta Semana Santa de Chiclana obviara la crisis y se alzara como una de las mejores, lo que beneficia a la ciudad tanto turística como económicamente y es que ha sido la primera prueba de fuego en este año marcado por la crisis económica. Tanto empresarios como administraciones esperaban a esta fiesta para saber el comportamiento de los turistas como antesala de la temporada alta. Y a falta de los balances oficiales, todo parece indicar que se abre una puerta a la esperanza.

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