La Diputación de Cádiz, a través del área de Transición Ecológica y Desarrollo Urbano Sostenible, que gestiona el vicepresidente segundo Mario Fernández, va a colaborar durante el presente ejercicio con el Campus de Excelencia Internacional Global de Mar (CEI·Mar), coordinado por la Universidad de Cádiz, para efectuar un estudio sobre las playas del litoral gaditano.
El convenio de colaboración ha sido firmado por la presidenta de la institución provincial, Irene García, y el presidente de la Fundación CEI·Mar y rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, por un importe de 50.000 euros, según ha informado la Diputación en una nota.
Esta colaboración se enmarca dentro del Programa para la Gestión Costera de la Provincia de Cádiz, redactado por Transición Ecológica el pasado año, en el que se contempla el fomento y apoyo a la transferencia del conocimiento, para mejorar la información que llega a los municipios litorales gaditanos y contribuir a definir políticas públicas acordes con las necesidades ambientales, sociales y económicas del momento, sin perder de vista los escenarios futuros que plantea el cambio climático.
El Campus de Excelencia Internacional Globar del Mar es una agregación científica compuesta por las cinco universidades públicas andaluzas con costa, junto a otras diez entidades del Sur de Europa referentes en estudios e investigaciones relacionadas con temas marinos.
Al amparo de esta colaboración, se va a llevar a cabo un estudio que permita la identificación de las playas gaditanas con mayor conflicto de usos y actividades, así como la vulnerabilidad de sus ecosistemas, con un posterior análisis de su capacidad de carga, orientado a la toma de decisiones y a la elaboración de planes de playa por los gestores locales.
El CEI·Mar, con una estrecha vinculación de sus científicos a la provincia de Cádiz, estudiará la presión que sufren los ecosistemas litorales y, en concreto, las playas, ensenadas y sus alrededores, que generan un impacto que merman su capacidad de crear servicios ecosistémicos, llegando incluso a anular algunos de ellos.
En la actualidad se hace cada vez más necesario llevar a cabo una gestión de las costas en consonancia con la gestión de los riesgos costeros y con la adaptación al cambio climático. Este hecho cada vez adquiere más relevancia y se ha convertido en un interesante desafío.
Según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, (2014), el nivel medio global del mar seguirá aumentando durante el siglo XXI, por lo que las costas estarían expuestas a mayores riesgos, y en particular a la erosión, por efecto del cambio climático y del aumento del nivel del mar. Este efecto se vería exacerbado por la creciente presión ejercida por la presencia humana sobre las áreas costeras.
Con estos estudios se persigue poner a disposición de los ayuntamientos algunas recomendaciones para la gestión y el manejo de esos espacios, que hagan compatible la preservación de los servicios ecosistémicos y el aprovechamiento socioeconómico de las playas.
Conocer la carga de usuarios y de actividades que puede acoger una playa concreta puede ayudar a ordenar los usos en la misma y a no sobreexplotar sus recursos, de manera que no se vean amenazadas sus funciones ecológicas.