Ni siquiera se considera empresario, sólo quiere que lo traten como a cualquier otro empresario de la ciudad y que le hagan más fácil mantener abierta su frutería de la calle Rosario, 27. La carga y descarga de las frutas y verduras se están convirtiendo en una pesadilla para este gaditano que se está planteando cerrar su negocio a final de mes por las cortapisas que se encuentra por parte de la Policía Local y de Ayuntamiento. “Quiero que me den una solución para poder descargar los más de 80o kilos que traigo cada día, que me dejen pasar durante hora u hora y media entre las seis y las siete y media de la mañana”, afirmaba este joven afectado, que asegura que las opciones que le han dado desde el Consistorio hacen insostenible mantener el negocio.
Según los cálculos que tiene hechos, desde principios de 2018 le han multado por valor de entre 1.000 y 1.200 euros. Afirma que desde 2013 hasta 2016 le dieron permiso para poder acceder a la calle y descargar la mercancía. Sin embargo, en los Carnavales de 2016 comienza su odisea cuando es multado por la Policía Local porque “no estaba autorizado para vender alcohol, cuando yo tengo licencia desde 2013 de alimentación al por menor y autoservicio”.
En un primer momento eran autorizaciones prorrogables por tres meses, hasta que en 2017 le dicen que debe solicitarla de manera anual, algo que hace, según su relato, en abril de ese año y cuya autorización no le llega hasta diciembre del mismo.
En enero de 2018 pide la renovación y en mayo le llega, pero “ya no me dejan entrar en la calle y me dan la carga y descarga en Canalejas”. Le citan en Tráfico y le dicen que es una calle peatonal. Desde mayo hasta “el día de hoy no me han dado una respuesta oficial a mi petición”. Asimismo, a día de hoy no tiene tarjeta ni para aparcar en carga y descarga que le daría media hora para llevar todo el material a la frutería. Tanto es así que la última vez que fue multado fue el pasado jueves.
Reacción
Sin embargo, fuentes municipales consultadas por Viva Cádiz aseguran que “no existe y nunca ha existido una tarjeta que te permita descargar en la puerta de tu establecimiento, estando éste en una calle peatonal. No hay ningún permiso para ello en esta ciudad y nunca lo ha habido”. Lo que sí existe “es una tarjeta para estacionar en las zonas de carga y descarga durante el plazo de una hora”.
En el caso particular de la frutería de la calle Rosario, “tiene una zona de carga y descarga en la avenida 4 de diciembre. Lo que se hace es estacionar el vehículo en esas zonas de carga y descarga y posteriormente, con ayuda de una carretilla, se transporta la mercancía al comercio”.
Añaden que existen unos permisos especiales para grandes superficies, como el Carrefour del Mercado, que se puede descargar en la puerta pero tiene que ser de madrugada, no durante el día.
Desde el Consistorio indican que la Asociación de Comerciantes ha puesto en marcha el cargo bike, “que es la bicicleta que lleva incorporada un pequeño remolque para transportar la mercancía a las tiendas y locales. Este vehículo “sí puede llegar hasta la puerta del establecimiento, porque no contamina ni pone en peligro la seguridad del peatón”.
Sin embargo, este empresario se muestra indignado porque existen diferencias con otros colectivos, y además no cuenta con los permisos para aparcar en carga y descarga solicitado desde principios de año. “Yo no quiero más que nadie, quiero lo mismo que se le da a los demás, como la entrada y salida de motos para entrega de pizzas, o entran y salen vehículos para los garajes. O en la plaza de abastos, que es peatonal, para que puedan descargar la mercancía”.
