Con los ojos llenos de lágrimas salía de la delegación de Asuntos Sociales de la calle Zaragoza, una gaditana que esta mañana a primera hora era desahuciada de su casa con cuatro hijos. Llevaba desde 2014 viviendo en la misma finca del Casco Histórico de la ciudad, adeudando el alquiler. Por eso mismo resultaba expulsada del que había sido su hogar en los últimos años.
Una mujer -a la que por respeto a su “vergüenza” de encontrarse en esta situación no se identifica- que se mostraba desesperada por la situación. Con un alquiler "un poco caro", de 400 euros, esta gaditana que tenía en esos momentos trabajo, podía salir para delante con la ayuda de 200 euros de Asuntos Sociales. Con el paso del tiempo, esas ayudas se fueron rebajando porque su situación económica mejoraba y tan sólo recibía subvenciones para la luz y el agua, explicaba con la voz entrecortada esta mujer. La pena de toda esta historia es que a día de hoy siga habiendo casos de desahucios en la ciudad y que no se pueda actuar de antemano para evitar esta trágica situación antes de que ocurra.
Todo en la vida de esta mujer empezó a complicarse en el momento en el que decidió retrasar los pagos del alquiler. Comenzó, explica, por una cuestión de economía doméstica, cuando decidió apostar más por los alimentos que por el pago del alquiler. Al final, acabó arrastrando una deuda de alquiler de "más de tres años" y “me veo en la calle con cuatro niños”. La vida no ha sido fácil para la protagonista de esta historia. Por el momento le han dicho que acuda a la pensión de la calle Manuel Rancés y que se busque un alquiler para el que volvería a recibir la ayuda del Consistorio. Pero esta mujer dice “que quién me va a querer alquilar a mí, sin nómina, y sabiendo que vengo de Asuntos Sociales. No me alquila nadie”. Ya hace cuatro años vivía una situación similar.
Esta mujer no se quejaba por el trato recibido en la mañana de este miércoles en Servicios Sociales, donde le han ofrecido la ayuda para pagar el alquiler. Sin embargo, aclaraba que “no tengo fuerzas ahora mismo para salir adelante. No quiero dar problemas a mi familia”. Para poder solventar este episodio podría trabajar cuidando a personas mayores, algo a lo que se ha dedicado en los últimos tiempos.
Desde la propiedad
Por su parte, el letrado de la propiedad explicó que "esta mujer firmaba el contrato en julio de 2014, por un pago mensual de 400 euros. En junio de 2015 deja de abonar el alquiler, "por lo que su último pago es a los once meses de estar viviendo en dicha casa". Según el abogado, "se le ha avisado por activa y por pasiva. Se intentó que se fuera buscando algo antes de que se señalara el lanzamiento, que estuvo señalado en primer lugar para el 2 de julio de 2018".
Esta mujer, explica el letrado, se puso en contacto con el hijo de la propietaria, que le aconsejó que presentara un escrito para que se le aplazara el lanzamiento. Dicho escrito se presentaba el 25 de mayo y se aplazó al 3 de octubre. Desde la propiedad se ha intentado incluso "olvidar la deuda de estos años, e incluso se ha intentado hacer todas las cosas por las buenas, pero al final no ha servido para nada".
