Tiene dos niños, 31 años, divorciada y sin empleo. Lleva desde este martes apostada en la puerta de Procasa porque “nadie me da soluciones y el lunes tengo que soltar las llaves de mi casa” . Hasta hace bien poco trabajaba en una casa cobrando cien euros a la semana para poder afrontar el pago del alquiler.
Sólo la vivienda le cuesta 550 euros y hasta el pasado mes de julio recibía el 90 por ciento de la ayuda al alquiler, donde esta joven aportaba 75 euros, más los gastos de luz y agua, explica esta mujer. Esta reducción de la ayuda al alquiler, que ahora es del 60 por ciento, “me la comunicó el propietario de la vivienda, quien me advirtió que tenía una importante deuda en el pago de la renta”. Según le explicaron desde Servicios Sociales, “dicen que me notificaron la reducción de la ayuda, pero yo no he firmado nada, ni he tenido conocimiento de nada”, asegura esta mujer.
Es una historia que se repite, afirma la afectada, quien ya el pasado mes de diciembre advertía al Gobierno local del aviso de desahucio. “Me mandaron a Servicios Sociales y de ahí a Procasa, me buscaron un abogado de oficio y el proceso se paralizó”. Los padres de esta joven son avalistas de la vivienda y ven afectada su pensión.
“No he ido al Pleno, no he montado un espectáculo en el Ayuntamiento. Mandé dos escritos al alcalde, José María González, uno el 29 de noviembre y otro el 3 marzo. Hablé con Ana Fernández (Servicios Sociales) y con Eva Tubío (Vivienda). Esta última me dijo que cuando tuviera nueva fecha para el desahucio fuera a buscarla y cuando lo he hecho me dice que no tiene vivienda”.
Justo en el momento en el que este medio se puso en contacto con la afectada, desde Procasa la llamaban para atenderla y manifestarle que “estaban buscando una alternativa”. No obstante, esta mujer afirma que “no me voy a ir de aquí hasta que no sea cierta esa ayuda”. Incluso llegaron a indicarle que mañana –por este miércoles- iban a ver las condiciones de habitabilidad de una casa para ver si puede servir de alternativa, añadió la afectada.
