Se acerca el fin de semana grande del Carnaval de Cádiz y son numerosos los establecimientos hosteleros de la ciudad, especialmente de la zona de La Viña y del barrio de El Pópulo que han estado en las últimas semanas preparando toda la documentación y todos los requisitos exigibles ante el incremento de las inspecciones sanitarias de los locales. Se trata de controles en las zonas donde se congrega un mayor número de personas estos días, tal y como ya adelantó en su día el delegado de Salud, Manuel Herrera.
Para ello se monta un dispositivo desarrollado de manera conjunta entre el Ayuntamiento de Cádiz y la delegación provincial de Salud, con reuniones donde también ha asistido Horeca.
Se decidió a nivel institucional “extremar los controles” tras los hechos ocurridos el pasado año en el bar Grimaldi, en el centro de Cádiz, donde decenas de personas resultaron intoxicadas por salmonella.
En rueda de prensa, ofrecida a mediados de enero, el delegado de Salud, Manuel Herrera, indicaba que se iban a detectar los “puntos críticos”, de manera coordinada con el Consistorio, aunque agregó que el plan de inspección tendría el mismo personal que años anteriores, aunque también se contaría con el personal del Ayuntamiento.
La Patronal
Por su parte, el presidente de Horeca, Antonio de María, manifestó que se celebraron dos reuniones en una misma jornada, ante el importante número de asistentes, donde “se nos informó que se iban a extremar los controles, de cara a que se cumpla la normativa existente por parte de los establecimientos”. Desde Horeca se considera que no sólo hay que cumplir la normativa con motivo del Carnaval, sino que hay que estar pendientes de todos los requisitos “siempre” por parte de los empresarios de la hostelería.
No obstante, durante el encuentro, De María trasladó a la Junta una reivindicación de su sector ante “los vendedores de mariscos y bocadillos que se ponen estos días en la calle, a los que habría que hacer un mayor seguimiento”.
Asimismo, insiste en que “los establecimientos hosteleros conocemos las normas y las aplicaciones, con mayor o menor tino, pero entre quienes venden en la calle no hay líneas de frío, ponen las cosas en el suelo... Se trata de competencia desleal que montan sus puestos e instalaciones y en muchas ocasiones no tienen ni el carnet de manipulador”. A juicio de la Patronal, “este tipo de venta pone en riesgo a la población, y el día que pase algo, “a ver cómo se explica”.