La campaña navideña ya ha comenzado en las tradicionales fábricas de mantecados del municipio de Antequera, con la previsión de producir y comercializar más de 1.500 toneladas de estas delicias gastronómicas, no sólo en la comarca, sino en toda la provincia y a nivel nacional.
El reto, la exportación a países extranjeros, aunque afincadas productoras como Sancho Melero -cuya previsión es elaborar más de 1.200 toneladas de polvorón- ha realizado exportaciones a países como Francia.
Tradición, modernidad y buen hacer se dan la mano en la producción del mantecado, industria que emplea a más de un centenar de trabajadores, entre empleados fijos y eventuales, a lo largo de toda la campaña. “De media contamos con más de 35 personas trabajando en la fábrica, de las cuáles unas 28 son mujeres”, explicó el gerente de La Antequerana, Guillermo Ramos, fábrica mantequera constituida como la más antigua de la ciudad.
Precisamente, esta última firma ha impulsado la comercialización prevista para este año -unas 200 toneladas- tras la formalización de un convenio de compra y venta con la cadena de supermercados Mercadona, que venderá con el nombre de la casa tres productos exclusivos: alfajores con almendras, surtido de minimantecados variados y mantecados con aceite. A ello se une la inversión realizada por la empresa confitera con la construcción de una nueva sede en el Parque Empresarial valorada en más de tres millones de euros y dotada de la última tecnología en el sector.
Renovarse o morir, como dirían algunos. Aunque muchas son las productoras navideñas que apuestan por mantener el sello de lo tradicional. Entre las más conocidas La Perla, fábrica que aún mantiene la producción manual con las tradicionales ‘formadoras’ y ‘liadoras’. Y es que en este tipo de industria destaca de una forma especial la figura de la mujer.
A estas sedes de lo exquisito se le unen muchas firmas. Pero el secreto mejor guardado está en los conventos del municipio. Las monjas de clausura de Antequera siguen elaborando decenas de kilos semanales de mantecados, polvorones y roscos de vino. El convento con mayor tirón es el de las Clarisas de Belén, que sólo en fin de semana puede llegar a recibir a más de 40 turistas. La actividad dura de la campaña se extiende de septiembre a diciembre.
Los mantecados salen fuera del convento de las Descalzas
Su compra y venta estaba restringida a las cuatro paredes conventuales de la iglesia antequerana de las Descalzas. Una comercialización exclusiva envuelta de un halo de misterio. El que caracteriza a todas aquellas producciones cuidadas, definidas casi como un ‘regalo de los dioses’. Pero ahora dan el salto al mundo exterior.
Los famosos mantecados elaborados por las monjas de clausura del convento de las Descalzas serán comercializados, por primera vez, fuera de la sede religiosa, con motivo de la feria de productos autóctonos agrícolas y ganaderos que acoge hoy sábado 25 de octubre Antequera.
“Es una oportunidad para dar a conocer a los turistas las cualidades y las delicias de los productos que los que somos de aquí ya consumimos”, detalló la concejala de Agricultura impulsora de la actividad, Lola Quintana, quien resaltó la participación de más de una treintena de empresas agroalimentarias en la muestra, que nace con vocación en el tiempo por la importancia que la ciudad tiene en el sector primario.
Degustaciones de mollete con aceite de la tierra. Hojiblanca, por supuesto. Maíz verde cultivado en la Vega de Antequera. “Una mazorca que se puede degustar, prácticamente, tras cortarla de la mata”, dijo el alcalde de la ciudad, Ricardo Millán. Y como un reclamo para los sentidos, degustaciones de chivo lechal malagueño por cortesía del restaurante antequerano Coso San Francisco. A fuego lento, y en presencia de los turistas, este producto tan malagueño será cocinado en plena calle. Y no faltarán los curiosos que se llevarán a casa bien apuntada la receta.
Las empresas de hortalizas y verduras Alsur, Horticultores El Torcal y Ecohuerta, entre otras firmas, también estarán presentes en la feria gastronómica. “Las patatas, cebollas y espárragos cultivados en la Vega antequerana darán el salto del huerto a la plaza -en este caso- para todos aquellos consumidores interesados en adquirir productos de primera calidad”, continúo Quintana.
La feria se celebra precedida de una muestra de alimentos ecológicos que ha contado con un gran éxito de participación, tanto en lo relativo a empresas como a clientes. Así, los más pequeños de la casa ya no tienen excusas para desayunar un buen mollete con tomate o comer habas frescas.