Isidoro Gambín es hoy un alcalde decepcionado, indignado y enfadado que “suplica” a la Junta que amplíe la cuantía del anual plan de empleo, que ha pasado de 2,3 millones a 857.000 euros; es decir, un 62 por ciento.
El alcalde revisa y revisa la tabla de los municipios gaditanos con un plan de empleo que ha aumentado en muchos casos y bajado incomprensiblemente en otros, pero que, se mire como se mire, deja a Arcos en el furgón de cola y en la peor situación. Teóricamente, en ese reparto no ha habido criterio supeditado al número de desempleados de los municipios o cualquier otra situación socioeconómica, pues poco han cambiado estos parámetros respecto al último reparto.
Gambín habla de persecución ideológica porque su localidad está gobernada por el PSOE, por lo que pide a los líderes locales del PP y Ciudadanos que ayuden, que medien y reclamen al Gobierno andaluz de su color político que dé una explicación. Por ello, el alcalde de Arcos espera que ambos partidos apoyen una moción en el pleno del próximo lunes instando a la Junta a recular, a dar marcha atrás y a instaurar un reparto “más justo”.
En su vertiente laboral, con las nuevas cifras la capacidad de contratación se vería muy mermada, tanto como de unos 280 a menos de cien contratos, que es la estimación, dejando fuera de estos planes a decenas de personas en paro laboral y, por ende, sin posibilidad de alivio en este sentido.
El regidor lo explica castizamente: “Eso no corresponde en estos tiempos difíciles, en los que hay que ayudar y no poner trabas”. Gambín se cuestiona “qué culpa tienen los parados de Arcos”, un municipio que -señala-, ha sido “castigado”.
En cambio, el alcalde presenta un ayuntamiento que durante los peores momentos de la crisis del Covid-19 ha dado la cara por sus vecinos triplicando el gasto en Servicios Sociales, frente a un gobierno andaluz que poco ha aportado en este sentido, se lamenta Gambín, que ya no ruega ni pide, sino que “suplica” a la Junta que instaure el mismo grado de ayuda al desempleo local.
