El Cádiz B de Juanma Pavón pasó por encima del Arcos de Pepe Bermúdez en un partido que, como todos los que quedan hasta el final de la liga, era de trascendental importancia para tratar de seguir sumando puntos para alejarse de los puestos de descenso a División de Honor, que con la victoria del Coria en Córdoba sitúa a los arcenses en la tabla empatados a 39 puntos con el Écija Balompié, equipo que marca el descenso y próximo rival del Arcos en el Barbadillo en un choque que se presume como de vital importancia para ambos en caso de que bajen a División de Honor cinco equipos en vez de tres, como se viene especulando en las últimas jornadas.
Del partido ante el filial amarillo poco hay que destacar a no ser que se hable del conjunto visitante, porque de los locales mejor pasar página cuanto antes para no caer en el pesimismo más absoluto después de lo visto a lo largo del encuentro. Fue tan ridículo el aporte ofensivo de los locales que se pueden contar con los dedos de una mano las veces que el Arcos disparó a la portería contraria y en ninguna de ellas se adivinó peligro alguno para la meta de Cristian, que apenas si entró en acción durante la mañana. Asentado en un centro del campo activo y dinámico, donde brilla con luz propia Duarte, bien escoltado por David Hinojosa por detrás y Jordi Tur por delante, y con la seguridad que aportan en la zaga tanto Sergio como Saturday, el Cádiz B fue haciéndose dueño poco a poco de la situación para ir acercándose con peligro a la meta de Isi y, antes de que su capitán abriese la lata en el min. 41, los amarillos ya habían puesto a prueba la integridad de la portería arcense en varias ocasiones, como Seth en el min. 12, Saturday en el 14, David Hinojosa y Duarte en el 30, estorbándose al alimón para rematar un pase de Seth, y Javi Pérez en el 35. Fue este el que inició el severo castigo goleador de los cadistas, rematando a gol un rechace de Isi a un cabezazo de Robles que no atinó a despejar la zaga local.
A la vuelta del descanso, en el minuto 49, continuó el recital visitante a cargo del lateral Robles, que estrelló el balón en el poste izquierdo del marco de Isi recibiendo un pase de Jordi Tur, en otra contra montada por Duarte, preludio del segundo gol del Cádiz obra de Javi Navarro, sin que nadie acertara a cortar la trayectoria del balón antes de colarse. Era casi la sentencia a un partido al que aún le quedaba más de media hora de suplicio. Los goles fueron cayendo como losas en la alicaída moral de los blanquillos, que ni siquiera acertaron a reaccionar tímidamente para taponar la herida que ampliaron Saturday y Chapela, este por dos veces. Habrá que sufrir.
