El Pleno municipal aprobó unánimemente el novedoso Plan municipal de Vivienda y Suelo, que ya es conocido por la sociedad arcense tras un periodo de exposición pública a las distintas asociaciones y colectivos. La principal virtud de este plan es que aportará una ‘fotografía fija’ de la situación general de la vivienda en Arcos de la Frontera, con lo cual será una especie de patrón para seguir en lo sucesivo a la hora de programar la posible construcción de nuevas viviendas.
La Junta de Andalucía ha subvencionado al cien por cien la redacción del documento -8.000 euros-. Según apuntaba recientemente el delegado municipal de Urbanismo, Manuel Garrucho, “no es el plan que queremos los políticos, sino la sociedad”.
El objetivo de este plan es también conocer la situación actual de la infravivienda susceptible de una actuación de rehabilitación y, en suma, el parque del que dispone el municipio. Así, se podrá poner en marcha una estrategia dirigida a la creación de nueva vivienda pública o al aprovechamiento de las ya existentes.
El alcalde, Isidoro Gambín, ha justificado este plan con la carencia que sufre la ciudad y con los problemas personales que atiende día a día de vecinos con falta de una vivienda digna. Este plan se enmarca además en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana y su elaboración ha sido una obligación para los ayuntamientos.
Además, la elaboración del plan es un requisito fundamental para que el Ayuntamiento se pueda acoger a las distintas líneas de subvención que abra la Junta de Andalucía de cara a la creación o rehabilitación de viviendas. El documento tiene un horizonte hasta el año 2020 para su aplicación.
Los problemas más graves de infravivienda que registra Arcos se localizan en el casco antiguo, donde decenas de viviendas sufren un importante problema de deterioro, lo cual es bastante perjudicial de cara a la consolidación de la población en la zona. Es por ello que los distintos grupos municipales coinciden en la necesidad de actuar en esta parte de Arcos para que “el casco antiguo no muera".
El Ayuntamiento, como cualquier otro ayuntamiento andaluz, está llamado a participar en un proceso de concurrencia competitiva; es decir, que de la calidad del plan presentado dependerá en gran medida que el municipio se pueda acoger a las subvenciones oficiales de la Junta de Andalucía.
Las políticas de rehabilitación de viviendas dejaron de prestarse en el penúltimo mandato municipal, años en los que Arcos contó incluso con su propia oficina de rehabilitación situada junto a Pesas del Reloj que llegó a tramitar casi cuarenta expedientes de rehabilitación. Desde entonces, estas políticas han brillado por su ausencia, de ahí la importancia que cobra a partir de ahora el Plan municipal de Vivienda y Suelo.
Con independencia de este plan, cabe recordar que Arcos arrastra por desgracia la existencia de más de un centenar de viviendas a medio construir o que no han llegado a venderse, una de las consecuencias del boom inmobiliario que ha dejado sus secuelas en la ciudad. Un claro ejemplo es la barriada El Portichuelo. En este sentido, una solución podría ser un posible convenio institucional con las entidades bancarias, que suelen ser las propietarias de estas viviendas, para darles una salida y así, de paso, evitar un problema medioambiental.