Su casa, en el barrio granadino del Albaycín, es un compuesto de bocetos, lápices, telas y todo lo que sirva para pintar. También hay gatos y Yanta, una perra dálmata que tiene mirada humana. Mara Arambarri Hermoso estudia Bellas Artes, y en esta entrevista nos habla de sus ilusiones y de sus proyectos.
Estudia y vive en Granada pero tiene vínculos con Arcos y ha entablado contacto con los pintores arcenses Durán y Guerra Calle. ¿Cómo ve la obra de estos maestros?
—Para mí ha sido un honor y como bien dices, ambos son maestros. He tenido el placer de conocer el estudio de Durán y fue una de esas cosas que recordarás toda la vida. Desde la puerta de entrada a su estudio, pintada por el propio Durán, hasta el tórculo construido por él mismo (para mí un tesoro), cuentan lo que tiene que sentir él por el arte, puro amor. A Guerra Calle, sinceramente, lo he disfrutado más en exposiciones que en persona, pues lo he tratado menos, pero he de decir, que cuando Guerra Calle dibuja los patios de las casa de Arcos de la Frontera, te hace enmudecer y observar mucho. Ambos artistas crean una comunicación única con la obra. Charlas con ellas. No debes perdértelos porque aprenderás tanto como disfrutarás.
¿Nos habla de sus estudios, de sus proyectos más inmediatos?
—Hablar de mis estudios es complejo, pues me considero absolutamente autodidacta. Estaría mintiendo si hablo del arte como algo que se estudia, pues para mí, el artista es artista desde que nace. Considero que hay miles de personas, en sus casas que son absolutos genios. Por eso si te hablo de mis estudios, tengo que decir que desde que nací ando metida en la pintura, pero únicamente por disfrute propio. Cada uno ha de descubrir con que es feliz y fomentarlo. Curiosamente yo me enamoré del arte desde muy niña y los libros de pintura de mi madre eran lo que me gustaba mirar. Mis padres son pintores y me han enseñado mucho. Como es cierto que en esta sociedad lo que cuenta son los estudios decidí, estudiar arte donde contaba con la afición, la facilidad y la experiencia. Por eso me mudé a Granada, para terminar los cuatro años de grabado y poder optar a una carrera artística. Mi proyecto más inmediato es terminar la carrera de Bellas Artes, y más tarde realizar algún estudio de Cine.
¿Óleo, acuarela, dibujo? ¿En cuál de estas disciplinas se encuentra más cómoda?
—Me es muy difícil contestar a esta pregunta, porque todas las técnicas que me gustan intento explotarlas. Soy mucho de probar cosas nuevas e inventar con barnices y pinturas sintéticas, como el titanlux. Pero sí es cierto que suelo trabajar bastante con el óleo pues me parece una técnica muy expresiva. Aun así, cuando comencé a centrarme en la pintura fue con el dibujo, como todos los niños y eso me llevó directa al Grabado con el que he estado trabajando cuatro años de manera intensiva. De todas formas soy una persona que tira mucho a lo primario, por eso busco aquellas cosas de mi infancia con las que jugaba, para intentar darles ahora un nuevo uso. Como las lanas, hilos y telas, con las que también trabajo. Creo que aun me queda mucho que probar como para centrarme en una sola técnica. Mientras pueda crear, no me limito con los materiales, ya veremos en un futuro.
¿Cuáles son los pintores que más le han impresionado?
—Podríamos estar horas charlando de pintores y de las alucinantes anécdotas de sus cuadros y de sus vidas, por eso me da pena quedarme con alguno sin nombrar a otros. Me apasiona Velazquez, Goya, el Bosco, Durero, el impresionismo, modernismo y simbolismo, Claude Monet, Gustav Klimt y en el surrealismo, René Magritte. Pero desde luego tengo muy claro cuáles son los artistas que más me han impresionado e influido y seguramente fue por ellos por los que me dedico a hacer lo que hago. Ellos son: Vincent van Gogh, Frida Kaloh, Otto Dix y sin duda M. C. Escher. Con ellos enmudezco. Simplemente no tengo palabras para expresar cuanto placer me transmiten.
¿Cómo es el ambiente cultural en Granada, ciudad eminentemente estudiantil?
—Granada es una ciudad que ha sabido aprovechar muy bien tres cosas: al estudiante, sea cual sea su origen (español o extranjero), todo el mercado para el turismo y sobre todo, el mundo árabe como producto principal. Creo que por eso la población autóctona de esta ciudad queda menguada y los forasteros hacen que la ciudad se mueva y evolucione. Al pasear por sus calles te sorprende los numerosos artistas que encuentras, ya sean pintores o músicos. Así como la oferta de galerías de arte y de salas de música. Todo ello viste a la ciudad de fiesta y juventud. Granada es un paraíso y merece la pena ser disfrutado pues las posibilidades de ocio son variadas.
Además de la pintura ha escrito algunos relatos cortos. ¿Le interesa también la literatura?
—Cuando empecé a pintar lo hacía con un simple bolígrafo de los de antes y en el reverso del folio en el que había dibujado, me dedicaba a escribir una historia acorde con la ilustración. Desde niña me gustaba imaginar vidas y pintarlas; un día decidí escribirlas. De ahí salió el proyecto de crear un librito ilustrado por mi misma en el que narro varios cuentos muy distintos entre sí, pero con un mismo fin, intentar hacer ver la otra perspectiva de la vida cotidiana. El arte es la herramienta más pura que tiene el hombre para transmitir y el artista suele ser un gran comunicador por pura necesidad. Por eso creo que el artista no se puede cerrar puertas y ha de atreverse con todo aquello con lo que se sienta a gusto. Si el mensaje que uno quiere dar lo tiene claro, el medio se vuelve algo menos estricto.