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Pueden ser mil caras pero ayudan con una sóla mano

Muchas horas al año, los voluntarios de los programas Mano Amiga y Aquí un Amigo, que llevan funcionando por iniciativa del hospital Infanta Margarita, ayudan a quienes lo necesitan, a los pacientes mayores que acuden solos a consultas o que no reciben visitas en sus habitaciones.

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Muchas horas al año, los voluntarios de los programas Mano Amiga y Aquí un Amigo, que llevan funcionando por iniciativa del hospital Infanta Margarita, ayudan a quienes lo necesitan, a los pacientes mayores que acuden solos a consultas o que no reciben visitas en sus habitaciones. Les ayudan informándoles, les ayudan con su compañía, con una palmadita en la espalda, con un beso o un gesto de cariño. Una vez al año, todos estos voluntarios, amigos con manos, se reúnen en uno de los lugares de residencia de esos grupos formados por generación espontánea, para revitalizar su compromiso, para que se le reconozcan sus méritos aunque ninguno de ellos busque nada más allá que la generosidad en su actuación. Los centros de mayores de Baena, Carcabuey, Cabra, Luque, Lucena o Priego, reúnen decenas de voluntarios para acudir a esa llamada de solidaridad del hospital de Cabra. Una tarea que tiene una doble componente. Los ayudados son, a su vez, ayudantes porque llenan de contenido el tiempo libre de los voluntarios. Todo ello bajo la coordinación de los profesionales sanitarios del Infanta Margarita. El personal de planta pone en conocimiento de la Unidad de participación las necesidades de los mayores en el hospital y la Unidad solicita el apoyo de los voluntarios de la localidad de residencia del paciente, al Centro de mayores concreto.

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