En la música, tantas veces, la versión supera al original. El tema ‘
Todo a pulmón’ que el músico argentino
Alejandro Lerner compusiera a principios de los 80 alcanzó extraordinaria popularidad en nuestro país gracias a la versión realizada por el gran
Miguel Ríos, hasta el punto de que cualesquiera de los seguidores que idolatraron al intérprete granadino en aquella década prodigiosa habría puesto la mano en el fuego asegurando que la canción no podía ser sino suya. Sucede a diario en la política donde se retoman proyectos con ligerísimos retoques e incluso determinados actores protagonistas asumen roles calcados a los de sus más afamados antecesores. Helo ahí, en San Telmo, mismamente, ‘km .0’ del poder andaluz, el
remake actualizado de
Gaspar Zarrías que es, a todos los efectos,
Elías Bendodo, desde el puesto de mando de la Consejería de la Presidencia. El perejil de todos los potajes, quien siempre cae de pie, el que acumula más influencias y competencias que nadie. De consejillos a empresas públicas, de entramados a fundaciones, de la información y la comunicación a la promoción del comercio exterior. Ser hijo de desterrado, ya sea represaliado del franquismo o sefardí errante, a la vista está, imprime el carácter necesario para tener la Junta de Andalucía en la cabeza, perfectamente ordenada y clasificada por departamentos, extensiones y chiringuitos.
La remodelación que el vicepresidente
naranja Juan Marín promovió para restar notoriedad a su contrincante interna,
Rocío Ruiz, y que no se tradujo finalmente en incremento de consejerías por el veto del PP, sirvió para que el todopoderoso
Bendodo acaparara, si cabe (¡sí, cabe!), más atribuciones: de Sandetel a Transformación Digital, o a la icónica Fundación Baremboin-Said. A
Gaspi le sedujo muchísimo, también, en su día, la Fundación de Tres Culturas del Mediterráneo. Tal para cual.
Zarrías se cameló al andalucismo más dúctil y cercano cuando compartieron Gobierno, como hoy hace
Elías con un
Marín que no descarta concurrir conjuntamente (con el PP) en los próximos comicios autonómicos.
Bendodo Benasayag, presidente del PP malagueño, se vanagloriaba ante sus correligionarios, este sábado, en el acto conmemorativo del segundo aniversario del
2D, de que ya, al fin (gracias, sobre todo, a él), políticamente hablando, “a Málaga se la respete”. Un calco de lo que repetía
Zarrías Arévalo, cada ‘San Viernes’, cuando pateaba la provincia y hacía extensivo a sus conmilitones el peso específico de Jaén en los centros decisorios de la capital hispalense. El caso es mandar -“
cada gota, cada idea, cada paso en mi carrera”-, con tal de poner a tu provincia en el centro de la mesa.
Desengañémonos, la ITI de Jaén llegó demasiado tarde. El marco financiero plurianual era 2014-2020 y la comisión de coordinación y seguimiento se constituyó, deprisa y corriendo, a finales de 2019. Luego tenían que concretarse los proyectos, licitarse en primavera y empezarse a ejecutar antes de acabar el año. Ese más difícil todavía que en Jaén siempre es un imposible. El PP, no obstante, a través de la Junta, con
Juan Bravo de ariete, hizo juegos malabares de marketing y fuegos de artificio, haciendo ver que 90 millones de euros del presupuesto corriente de las consejerías eran novedosas partidas adscritas a la iniciativa comunitaria. Ni hablar del peluquín. Pero es que el PSOE ni se entretuvo en pergeñar una estrategia virtual similar con respecto a la hipotética aportación del Gobierno de España. Trasvase de partidas, con cargo a la ITI, negro sobre blanco, sin salir del Ministerio de Hacienda, para financiar otros programas de inversión de la UE en Jaén, véase EDUSI, y sanseacabó. ¿Para qué andarse con medias verdades? “No hemos sabido gestionar informativamente el asunto”, me reconocía un dirigente socialista en las últimas horas. Ya lo advirtió
Paco Reyes, a principios de año, pidiendo una ampliación de plazos. No nos va a dar tiempo a rezar un padrenuestro. Pero como los gestos de cara a la galería mandan, en tiempo de cartas a los reyes magos, el PP sugiere a sus alcaldes que remitan misivas (que mienten la soga) al presidente
Sánchez Pérez-Castejón, reclamando aportaciones estatales de la ITI de Jaén en pos de iniciativas a realizar en sus pueblos. A franquear en destino. Mientras, a la misma hora, los ayuntamientos del PSOE se afanaban en cumplimentar sus peticiones enmarcadas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a sufragar con los desbloqueados Fondos Europeos Anti-Covid…
Afrontar decididamente el reto demográfico –el, tan en boga,‘Yo elijo Jaén’-, a fin de que esta tierra no siga desangrándose, propiciando el retorno de una parte del talento fugado, el mejor formado de la Historia, ahora que la pandemia pinta bastos por todos lares. “
Si volver es una forma de llegar”.