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España vuelve a la ciudad donde se coronó campeona de Europa

La selección española vuelve hoy a Viena, donde el 29 de junio de 2008 escribió una de las páginas de oro del deporte español al proclamarse campeona de Europa y, de paso, liquidó el maleficio que había sumido a la roja en un fatalismo derrotista en las grandes citas.

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  • Los jugadores de la selección española Piqué (i), Alonso (c) y Silva, durante la rueda de prensa que ofrecieron ayer. -
La selección española vuelve hoy a Viena, donde el 29 de junio de 2008 escribió una de las páginas de oro del deporte español al proclamarse campeona de Europa y, de paso, liquidó el maleficio que había sumido a la roja en un fatalismo derrotista en las grandes citas.

Mucho ha cambiado en el año y medio transcurrido desde aquel torneo, en el que España conquistó con un fútbol total su segunda Eurocopa y su primer gran torneo en 44 años, aunque se mantienen dos constantes: el buen juego y el gran trabajo colectivo.

En Austria también se fraguó el llamado espíritu de Neustift, el idílico valle alpino a 25 kilómetros de la ciudad de Innsbruck en el que el grupo encontró durante la concentración el necesario aislamiento y la unidad para templar su fútbol.

Esa noche en el Estadio Ernst Happel de Viena se rompió la maldición que había perseguido a generaciones de aficionados desde 1964, que no vivían un triunfo en una gran cita desde aquel gol de Marcelino a un país ya extinto, la Unión Soviética, en una final disputada en una España en blanco y negro.

El armazón de esa selección exquisita que ha reivindicado el toque de seda, la velocidad, y ha jubilado el ideario de la airada furia roja se mantiene con Andrés Iniesta, Xavi Hernández, David Silva, Xabi Alonso y Cesc Fábregas a los mandos.

Xavi Hernández, de 29 años, el mejor jugador de la Eurocopa 2008, llegará al Mundial de Sudáfrica, al igual que la columna vertebral de la selección, en el apogeo de su carrera.

Pero también se han producido algunos cambios, el más importante en la caseta, el ideólogo de la revolución de los pequeños, Luis Aragonés, que creyó en que la asociación del talento en el medio campo era la principal virtud del equipo, ha dejado de dirigir a la selección.

El proyecto iniciado por Aragonés en la Eurocopa ha encontrado continuidad en Vicente del Bosque, un hombre discreto y sensato que ha rejuvenecido a la selección sin cambiar su espíritu y cuya autoridad ha quedado refrendada por las estadísticas.

Desde que dirige la selección, el equipo ha ganado 20 de 21 encuentros, ha anotado 58 goles y ha encajado 12. Su paso por la clasificación mundialista se saldó con un pleno de victorias, algo sólo logrado por Brasil para la copa de 1970 y Alemania para la de 1982.

La única derrota en su etapa como seleccionador se produjo el pasado junio, por 2-0 ante Estados Unidos en las semifinales de la Copa Confederaciones.

La principal preocupación de Del Bosque, ha repetido, es que la complacencia y la satisfacción instauren un sentimiento acomodaticio que les robe a sus discípulos el hambre de éxitos.

Entre el combinado que se alzó con la Eurocopa en Viena y el que mañana se enfrentará a Austria en un amistoso destaca la ausencia de Fernando Torres por lesión, el héroe aquella noche de verano al marcar el tanto de la victoria ante Alemania.

También destacan otras ausencias, como las de los lesionados Santiago Cazorla y Marcos Senna, y la más grave, la de Rubén de la Red, que no ha vuelto a jugar al fútbol desde que el 30 de octubre de 2008 se desmayase en un partido copero en Irún por un síncope.

Otros, como el bético Sergio García, el atlético Juanito, y los sevillistas Andrés Palop y Fernando Navarro se han caído de la convocatoria por el empuje de otros futbolistas que piden paso.

La irrupción de jugadores como el central Gerard Piqué, que ha aportado solidez defensiva en el juego aéreo con sus 193 centímetros, Andoni Iraola, Sergio Busquets, Pablo Hernández, Juanma Mata, Fernando Llorente, Álvaro Negredo y Jesús Navas, ha encarecido cualquier puesto en la selección.

Los nuevos internacionales han aportado más matices a un equipo que parece contar con más recursos con la llegada de expertos en el juego aéreo como Piqué y Llorente, o de albergar una excelente nómina de extremos rápidos y desequilibrantes con Mata, Navas y Pablo Hernández.

Además, la selección ha demostrado una pegada demoledora, independientemente de la alineación y las bajas, como demostraron los cinco tantos que le endosó a Bosnia a domicilio, con Negredo como máximo artillero con dos goles.

Puyol es duda

Carlos Puyol, central internacional del Barcelona, fue la ausencia del regreso al trabajo de la selección española, por las molestias en la rodilla izquierda que ya le impidieron acabar el partido el pasado sábado ante Argentina en el estadio Vicente Calderón.

Puyol fue sustituido en el descanso del último encuentro de España y tras un día libre, las molestias que sufre en su rodilla izquierda no remitieron y le impidieron entrenarse en la mañana de ayer con sus compañeros.

Hizo trabajo de recuperación en el gimnasio bajo un tratamiento médico y de fisioterapia que le han impuesto los doctores de la selección española, que estudian su evolución para decidir si puede jugar en Viena mañana miércoles ante Austria.

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