En octubre del pasado año falleció en New Haven Harold Bloom. Teórico de la literatura y profesor universitario en Yale, fue también uno de los críticos más influyentes de estas últimas décadas. “El canon occidental” y “Cómo leer y por qué” son dos de sus obras más destacadas. Ambas crearon escuela y aportaron factores determinantes a la hora de valorar a muchos de los grandes autores de la literatura universal. Acusado, en ocasiones, de defender la supremacía de autores blancos, tuvo entre sus confesadas debilidades a Chaucer, Kafka, Whitman, Proust, Joyce, Virginia Woolf, Jane Austen..., pero por encima de todos éstos, al trío formado por Dante, Cervantes y Shakespeare.A este último, dedicó el ensayista norteamericano cientos de páginas, además de conferencias y clases magistrales.
Sirvan algunos de estos breves apuntes como ejemplos de lo que Bloom opinaba sobre el genial escritor británico: “Las lecturas de Shakespeare son infinitas (…) En su peculiar magnificencia reside su capacidad de representación del carácter y personalidad humanas y sus mudanzas (…) Existe en Shakespeare la conmoción de un arte verbal más grandioso y definitivo que en ningún otro”.
Ahora, la editorial Vaso Roto, brinda la posibilidad de acercarse de nuevo al universo común de ambos autores a través de “Falstaff, lo mío es la vida”. Precisamente, dos años antes de sumuerte, Harold Bloom comenzó una serie de cinco volúmenes en los que realizaba “un análisis literario, crítico y, ante todo humanista, de los personajes de Shakespeare”. El primero de ellos está dedicado a Falstaff con quien Bloom se sintió identificado en su forma de amar, conciliar y afrontar la existencia. “Si Hamlet es embajador de la muerte, Falstaff lo es de la vida», aseguraba. Incluso el propio Bloom, quiso y pudo interpretar al Caballero Gordo en los escenarios del British Art Center de Yale.
Mediante la esmerada traducción de Ángel Luis-Pujante, el lector puede ahondaren este rendido homenaje a uno de los protagonistas en los dramas históricos de Enrique IV (partes I y II) y Enrique V. Falstaff va de la mano del príncipe Hal en dichas obras y de las distintas, divertidas y trágicas vicisitudes que rodean su acontecer se nutre el lúcido análisis bloomiano.
En su preludio, Harold Bloom afirma tajante: “Falstaff se convirtió de inmediato en la personalidad más popular de Shakespeare y continúa siéndolo. El público de TheGlobe y los lectores que compraban las obras veían pocos motivos para moralizar en su contra. Su propio ser se desborda y este exceso nos sugiere nuevos significados (…) Falstaff es tan desconcertante como Hamlet. Y de una variedad tan infinita como la de Cleopatra. Se le puede aprehender, pero no abarcar enteramente. Falstaff no tiene límites. Su ámbito es la libertad, pero él muere por amor”.
Todos aquellos que seguimos queriendo tanto a Shakespeare estamos de enhorabuena, pues Vaso Roto editará próximamente los otros cuatro libros de Bloom: “Cleopatra, soy fuego y aire”, “Lear, la gran imagen de la autoridad”, “Yago, las estrategias del mal” y “Macbeth, un puñal imaginario”.